Esta nota fue publicada en Aire Digital
Hay elecciones que dividen. Y elecciones que ordenan. Hay triunfos circunstanciales. Y triunfos que forjan liderazgos. Los resultados obtenidos por Maximiliano Pullaro en estas Paso 2023, no dejan lugar a dudas: el exministro de Seguridad y actual diputado, acaba de convertirse en el nuevo líder de la oposición en Santa Fe, un lugar que había quedado vacante a partir del fallecimiento de Miguel Lifschitz, víctima inesperada de una pandemia que terminó reconfigurando el tablero político de esta provincia.
Una cosa es ganar por un par de puntos, y otra muy distinta es obtener más del 50% de los votos totales de Unidos para Cambiar Santa Fe, sacar 17 puntos de ventaja a la segunda más votada y lograr un 80% más de sufragios que el candidato más votado del peronismo –Marcelo Lewandowski-.
Más allá de los gustos personales y de las miradas políticas, no quedan dudas de que incluso quienes impulsaron a Losada en este proceso, se encolumnarán a partir de este lunes detrás de Pullaro. Básicamente, porque así lo decidió la ciudadanía y porque, del otro lado, apenas si quedan los vestigios de una verdadera implosión electoral.
Lo aplastante del triunfo y la forma en que Pullaro fue tejiendo su estrategia luego de perder frente a Losada en las elecciones de 2021, parecen representar cimientos suficientemente firmes como para que este alineamiento detrás de su liderazgo no sea coyuntural, sino que trascienda este proceso electoral.
Los dos años de paciente y sostenido trabajo político de Pullaro contrastan con el llamativo nivel de improvisación en la campaña de Losada. No solo porque su decisión de competir se conoció recién el 1 mayo, sino porque a partir de allí encaró una estrategia de escaso volumen argumental y territorial.
Lo de Pullaro también es meritorio por otro factor clave a la hora de realizar una lectura política de la historia reciente: es, ni más ni menos, que el exministro de Seguridad de un gobierno -el de Miguel Lifschitz- que, en gran medida, perdió aquellas elecciones de 2019 por los niveles de violencia que afectaban a las grandes ciudades de la provincia.
En este sentido, no quedan dudas de que lo que vino fue peor. Seguramente existen múltiples causas para explicar este agravamiento de la situación, pero más allá de cuáles fueran los motivos, lo cierto es que la gestión de Omar Perotti nunca encontró los caminos adecuados para enfrentar a la inseguridad. Los cuatro ministros que desfilaron por este ministerio durante cuatro años, son una muestra irrefutable de ello.
Otro dato histórico quedó de manifiesto con el triunfo aplastante de la oposición: si en aquellas elecciones de 2019 el entonces intendente de Santa Fe, José Corral, no se hubiera escindido del Frente Progresista, Cívico y Social, difícilmente el peronismo hubiese llegado al poder.
La determinación que Corral tomó hace cuatro años puede generar al menos dos lecturas. Una, que su decisión fue en gran medida la responsable de la derrota del Frente Progresista. La otra, que se adelantó a los tiempos porque, finalmente, el resto del radicalismo, del socialismo y del partido Creo, de Pablo Javkin, lo siguieron en este realineamiento.
Los liderazgos en el peronismo de Santa Fe
Así como no quedan dudas de que Maximiliano Pullaro se convirtió en el nuevo líder de la oposición santafesina, el liderazgo futuro dentro del peronismo provincial -en estos momentos el gobernador Perotti es sin dudas el principal dirigente del espacio- se encuentra en una verdadera nebulosa.
Es verdad que prácticamente no hubo campaña electoral -algo realmente llamativo-, pero lo cierto es que el peronismo enfrenta una derrota estrepitosa en cada una de las categorías.
Lejos de ser el candidato más votado -era el objetivo en estas Paso-, Marcelo Lewandowski apenas obtuvo 270.000 sufragios. La noche del recuento de votos se lo vio en la más absoluta soledad, solo acompañado por su compañera de fórmula, Silvina Frana, en la ciudad de Rosario.
Otro dato que genera suspicacias: en algunos departamentos, los senadores peronistas superaron ampliamente la cantidad de votos que obtuvo el precandidato a gobernador del mismo partido.
Se espera que en las próximas horas, el presidente del PJ de Santa Fe, Ricardo Olivera, reúna a los cuatro precandidatos en una misma mesa para dar muestras de unidad: junto a Lewandowski estarán Marcos Cleri, Eduardo Toniolli y Leandro Busatto.
El problema para el peronismo es que, ni siquiera sumando los votos de los cuatro -422.000 votos aproximadamente-, alcanzan la cantidad de sufragios que obtuvo Maximiliano Pullaro en soledad -491.000-. Y se suman todos los sufragios de Unidos para Cambiar Santa Fe, la diferencia es de más de medio millón de votos a favor de la oposición.
Omar Perotti logró poco más de 240.000 votos como precandidato a la Cámara de Diputados de la Provincia. Su objetivo de cara a las elecciones generales será encabezar la lista más votada para la Cámara baja, pero no parece ser una tarea sencilla: en esta categoría, el PJ obtuvo unos 100.000 votos menos que la suma de los precandidatos opositores.
“La campaña para nosotros comienza esta noche”, dijo Perotti a última hora del domingo de elecciones. El objetivo del gobernador, a partir de ahora, será revertir la situación y captar el voto de quienes no votaron en estas Paso -apenas se superó el 60% de participación en esta categoría-, pero sí lo harán en las elecciones generales.
¿Perotti y Lewandowski compartirán a partir de ahora la campaña de la que habla el gobernador?
Esta, en definitiva, parece ser la gran pregunta sin respuestas precisas dentro del peronismo de Santa Fe.
