La semana que nadie quería

Los tiempos de la política no suelen coincidir con las urgencias que la realidad impone. Lamentablemente, fue necesario que en la ciudad de Santa Fe se batieran los récords históricos de homicidios, como para que se adoptaran algunas medidas de urgencia y se planteara el compromiso desde la Legislatura de avanzar con premura en el tratamiento de algunas leyes clave en materia de seguridad.

El intendente José Corral tuvo mucho que ver con la puesta en agenda de la problemática. Primero, porque convocó de urgencia al Consejo de Seguridad en un día feriado. Después, porque anunció la controvertida decisión de ordenar la suspensión de la venta de armas y municiones.

Ambas medidas despertaron críticas y escepticismo en algunos sectores de la política, del periodismo e, incluso, de la sociedad. Sin embargo, estas decisiones contribuyeron a colocar el tema de la criminalidad en el centro del debate.

Apenas habían pasado 48 horas del anuncio de la prohibición de venta de armas, cuando se pusieron en marcha operativos conjuntos de control entre el municipio y personal del Renar. Este simple hecho resulta alentador.

Más aún, desde la sede central del Renar en Capital Federal, las máximas autoridades del organismo salieron a hablar del tema. Pudieron haber transformado el caso en un nuevo capítulo del crónico y desgastante enfrentamiento entre kirchnerismo y oposición, pero no lo hicieron. Dieron algunas explicaciones importantes, que contribuyeron a comprender mejor de qué manera se trabaja en el control de la venta legal de armamentos.

Probablemente el gobierno provincial se haya sentido algo incómodo con la situación. No sólo por el protagonismo asumido desde el municipio, sino porque se sabe que la prevención del delito es tarea primordial del Poder Ejecutivo.

Desde la Casa Gris se vienen haciendo ingentes esfuerzos por enfrentar la problemática de la inseguridad desde sus raíces, trabajando en el ámbito social y en un proceso de transformación de la Policía de la Provincia. Sin embargo, la emergencia en la ciudad de Santa Fe demostró que, además, resulta imprescindible reaccionar con premura y eficiencia ante la contingencia.

Es verdad que las medidas efectistas son de corto alcance. Pero también es cierto que resulta indispensable tomar decisiones que contribuyan a frenar la angustiante sensación de indefensión que se multiplica en la sociedad ante cada muerte.

Por ese motivo, en las últimas horas se tomaron medidas como para hacer realidad el demorado destacamento policial en el barrio de Alto Verde y se dispusieron operativos de saturación con fuerzas de seguridad en algunas zonas particularmente violentas.

Los más vulnerables

El mapa de los homicidios en la ciudad refleja con absoluta claridad cuáles son las áreas más vulnerables. Por lo general, las muertes se producen en sectores específicos del oeste, del norte y de Alto Verde. El argumento de “se matan entre ellos” resulta inaceptable, mediocre y falaz

Desde el Ministerio Público de la Acusación se viene trabajando a destajo. Sin embargo, el número de fiscales en funciones resulta insuficiente ante la crítica situación. Sólo dos fiscales están específicamente abocados a la investigación de los homicidios en la región.

La Legislatura también parece haber tomado nota de la gravedad del problema. Esta semana, se planteó el compromiso público de que habrá un pronto tratamiento del proyecto de ley de creación del Órgano de Investigaciones (Policía Judicial), que dependerá directamente de los fiscales.

El argumento de que gran parte de los asesinatos en la ciudad de Santa Fe no están ligados con el problema de la inseguridad porque se producen por la resolución violenta de conflictos personales, es una verdad a medias. De hecho, en muchos casos los que se matan son delincuentes -algunos de poca monta- que integran bandas enfrentadas por espacios territoriales o por el narcomenudeo. Incluso, víctimas y victimarios suelen contar con antecedentes penales, pero debido a las falencias del viejo sistema procesal penal jamás recibieron condena.

Cuando a fines de este año llegue la hora del balance, seguramente la semana que por estas horas termina ocupará un lugar preponderante. No sólo porque se batieron récords de homicidios, sino porque la crisis provocó un evidente remezón político y social.

Lo importante, en este contexto, será que cada uno de los actores involucrados en la problemática esté a la altura de las circunstancias: Provincia, Municipio y Nación; jueces y fiscales; instituciones intermedias y medios de comunicación; socialistas, peronistas y radicales.

No sólo resulta imprescindible enfrentar de manera eficiente al delito sino, sobre todo, evitar que el temor y la desconfianza sigan germinando y echando raíces que siempre resultan difíciles de extirpar.

El miedo, en definitiva, sólo contribuye a la toma de malas decisiones