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El 2 de abril de 2000, Jorge Alberto Barraguirre cumplía 65 años. Ese día, sin dudar y sin demoras, presentó su renuncia como miembro de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, que integraba desde diciembre de 1983 con el retorno de la democracia a la Argentina.
Barraguirre lo tenía perfectamente planeado desde hacía tiempo. Tanto fue así, que contaba con los trámites jubilatorios terminados y que, si bien durante los días previos a ese 2 de abril se encontraba en Estados Unidos visitando a sus hijos y nietos, regresó puntualmente a Santa Fe para renunciar al cargo.
Incluso, presentó su renuncia en la Corte de Santa Fe a pesar de que unos meses antes, el 22 de junio de 1999, la Suprema Corte de Justicia de la Nación había dictado el fallo “Iribarren, Casiano Rafael c. Santa Fe”, por el que se había declarado inconstitucional el artículo de la Constitución provincial que establece el cese de la inmovilidad de los magistrados en sus cargos desde el momento en que cumplen 65 años, si están en condiciones de jubilarse.
En otras palabras, Barraguirre hubiese podido continuar en su puesto, pero decidió dar un paso al costado.
“Yo juré por la Constitución de Santa Fe y debo cumplirla”, explicaba entre sus familiares y allegados, quienes habían seguido desde mucho antes su extensa carrera como jurista. Había ocupado distintos cargos, como secretario parlamentario en la Cámara de Diputados en la Provincia, director jurídico en la Dirección Provincial de Energía y también en Fiscalía de Estado, donde recaló con la categoría más baja por decisión de los militares en 1978.
En 1982, se integró a la conducción del Colegio de Abogados de Santa Fe. Y al año siguiente, se produjo el retorno de la democracia con el triunfo del radical Raúl Alfonsín a nivel nacional, y del peronista Luis María Vernet en la provincia.
Alfonsín ofreció a su contrincante justicialista, Italo Argentino Luder, la posibilidad de comandar la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero Luder lo rechazó, bajo el argumento de que dedicaría sus esfuerzos a reconstruir al peronismo que, por primera vez en su historia, había perdido en elecciones libres.
Vernet decidió seguir el ejemplo de Alfonsín y ofreció al radicalismo santafesino la posibilidad de que propusiera al presidente de la nueva Corte provincial. La UCR respondió que la decisión final estuviera en manos del Colegio de Abogados de Santa Fe, desde donde impulsaron el nombre de Jorge Alberto Barraguirre, que por entonces tenía apenas 48 años.
El 29 de diciembre de 1983, juraron como ministros de la Corte de Santa Fe: Héctor Prono, Tárcilo Esteban, Roberto Tettamanzi, Raúl Alvarez, Jorge Barraguirre y Casiano Iribarren.
Puja entre la Corte y el Poder Ejecutivo
En estos momentos, cinco de los seis miembros de la Corte de Santa Fe superan, incluso, los 75 años: Rafael Gutiérrez (76), Mario Netri (82), Eduardo Spuler (80), María Angélica Gastaldi (76) y Eduardo Falistocco (76). Por su parte, Daniel Erbetta tiene 66 años y es el último ministro incorporado al Máximo Tribunal, ya que ingresó a fines de 2007.
Mario Netri ya presentó su renuncia y anunció que dejará su cargo el último día de octubre de este año, mientras que otros integrantes del tribunal tienen sus trámites jubilatorios terminados desde hace tiempo, pero hasta el momento no decidieron renunciar -al menos, no lo hicieron público-.
Mientras tanto, la decisión política de la gestión de Maximiliano Pullaro de instalar el tema de la renovación de la Corte tensó la relación con el Ejecutivo. A esto se sumó la aprobación de un nuevo sistema previsional en la provincia, que provocó el abierto rechazo de gran parte de los miembros del Poder Judicial.
“Renovar para qué, ¿para tener una Corte adicta? Yo quiero una Corte independiente”, afirmó el presidente del Máximo Tribunal, Rafael Gutiérrez, al ser consultado sobre el tema en este particular contexto.
E insistió: “Desde hace muchos años, lo único que hice fue pelear por la independencia del Poder Judicial. Con todos los gobernadores. Nunca toleré ningún intento de injerencia. Porque sin una verdadera división de poderes, la democracia está en conflicto”.
– ¿Por qué usted considera que, si se busca renovar la Corte, es para tener una Corte adicta? ¿No puede haber otros motivos?
– No lo sé. Pregúntenle a… No quiero opinar sobre este tema porque me incluye a mí. No sé qué es lo que quieren. Pregúntele al gobernador qué es lo que quiere. Qué se yo.
– El gobernador dijo que quiere renovar la Corte.
– Pero también que controlen la cantidad de designaciones en la Provincia. Para ver por dónde aparece otro déficit. Un montón de cosas… Acá hay que controlar la austeridad en todo sentido.
– Usted, entonces, no tiene pensado presentar sus papeles para iniciar el proceso de jubilación.
– Ya está… Ese tema está agotado. Ya dije lo que pienso.
Un proyecto reingresado en la Legislatura
Mientras tanto, en la Legislatura, el diputado provincial del Frente Amplio por la Soberanía, Fabián Palo Oliver, acaba de reingresar un proyecto de ley que tiene como objeto la reforma de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, bajo el principio de paridad de género y regulando las nuevas designaciones en el máximo tribunal provincial.
Esta iniciativa ingresó por primera vez el 8 de julio de 2021, pero nunca fue tratada y perdió estado parlamentario. Ahora, el contexto político es otro.
Pasaron casi 25 años desde la última vez que un ministro de la Corte de Santa Fe decidió jubilarse a los 65 años.
Aún hoy, los familiares de Barraguirre recuerdan que para él este tema representaba una suerte de legado paterno: Dionisio Barraguirre, el padre de Jorge Alberto, también había presentado su renuncia como miembro del Máximo Tribunal cuando el golpe de Estado liderado por Juan Carlos Onganía derrocó, en 1966, al presidente Arturo Illia y al gobernador de Santa Fe, Aldo Tessio.
Jorge Alberto Barraguirre, el último integrante de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe que renunció a su cargo el día en que estaba en condiciones de jubilarse, falleció durante la madrugada del 10 de mayo de 2005 debido a un paro cardíaco. Tenía 70 años.
