Domingo, noviembre 24, 2024
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Fenómeno del Niño: deberán reubicar a familias que viven sobre los terraplenes de defensa del Gran Santa Fe

Esta nota fue publicada en Aire Digital

Tarde o temprano iba a ocurrir. La sequía que hizo estragos en la producción y en la economía de todo el país -se perdieron 15.000 millones de dólares en exportaciones del agro- llegó a su fin. El escenario climático global cambió y, para el último trimestre de 2023 y principio de 2024, se anuncia la llegada del Fenómeno del Niño que traerá lluvias superiores al promedio histórico no solo en la provincia de Santa Fe, sino también en el centro y norte de la Argentina.

Las obras de reparación del terraplén Garello -Colastiné Norte- ya se iniciaron. Allí, deberán reubicar a familias asentadas sobre las defensas.

Las obras de reparación del terraplén Garello -Colastiné Norte- ya se iniciaron. Allí, deberán reubicar a familias asentadas sobre las defensas.

Hasta el momento no hay certezas sobre si será un Niño débil, moderado o fuerte. Sin embargo, desde las esferas gubernamentales advierten que habrá que estar preparados para hacer frente a los escenarios más difíciles, aunque finalmente no terminen ocurriendo.

Ante este contexto, la Provincia de Santa Fe acaba de crear el Comité de Emergencia Preventivo Fenómeno del Niño 2023/2024 que tendrá como misión esencial coordinar las acciones necesarias para atemperar el posible impacto de las crecidas de los ríos y de las lluvias extraordinarias. No solo en la infraestructura sino, en especial, sobre miles de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

No es un dato menor. Sobre todo, en una ciudad que en 2003 fue arrasada por la crecida del río Salado y por la imprevisión que terminó costando 23 vidas humanas.

En los próximos días se abrirá una licitación para llevar adelante obras de mantenimiento en todo el sistema defensivo del Gran Santa Fe –son casi 135 kilómetros de terraplenes que protegen a más de medio millón de personas-. Y para que estos trabajos puedan efectuarse, será necesario reubicar a una importante cantidad de familias -el gobierno hasta el momento evita dar el número exacto- que durante los últimos años de ríos bajos construyeron sus viviendas sobre las defensas y en ambos lados de los taludes.

Se espera que frente a una crecida, el agua de los ríos alcance a las viviendas construidas por fuera de los anillos defensivos del Gran Santa Fe.

Se espera que frente a una crecida, el agua de los ríos alcance a las viviendas construidas por fuera de los anillos defensivos del Gran Santa Fe.

 

El presidente del Comité de Emergencia, Roberto Gioria, advirtió que estas obras de mantenimiento no se pueden realizar si existen asentamientos poblacionales sobre los terraplenes o en los taludes, y confirmó que se iniciará un proceso de reubicación de estas personas -las que habitan los críticos del anillo que deben ser elevados porque perdieron altura-, para lo que será necesario construir viviendas transitorias en terrenos disponibles, alejados de posibles inundaciones.

De esta manera, Santa Fe y las ciudades o comunas que la rodean -San José del Rincón, Arroyo Leyes, Los Zapallos, Monte Vera e, incluso, Santo Tomé- se enfrentarán a un verdadero proceso de reurbanización en aquellos puntos del sistema de defensas que requiere de un mantenimiento que consistirá, básicamente, el elevar la altura de los terraplenes para garantizar el mismo nivel de protección a lo largo de los 135 kilómetros que lo conforman.

Trabajar en conjunto ante la emergencia del Niño

En esta tarea se verán comprometidas áreas gubernamentales como los ministerios de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, de Salud, Economía y Producción; las secretarías de Protección Civil, de Hábitat, de Municipios y Comunas.

Es que, más allá de las diferentes ciudades involucradas, de los distintos signos políticos de quienes gobiernan o gobernarán a partir del 10 de diciembre próximo, se deberá trabajar de manera coordinada porque toda el área metropolitana de Santa Fe depende del mismo sistema de defensas ante inundaciones.

“Todos los organismos que deben dar respuestas, tendrán que estar preparados”, dijo desde el Instituto Nacional de Agua (INA) el Ing. Juan Borus, quien adelantó que el peor escenario que puede plantearse es que primero crezcan los ríos -sobre todo el sistema del Paraná- por lluvias extraordinarias en el sur de Brasil y norte argentino, y que luego esas precipitaciones excepcionales se produzcan sobre Santa Fe y la región.

En parte de los reservorios del oeste de la ciudad de Santa Fe se multiplicaron las construcciones de viviendas durante los últimos años.

En parte de los reservorios del oeste de la ciudad de Santa Fe se multiplicaron las construcciones de viviendas durante los últimos años.

 

Roberto Gioria coincidió en este planteo: “El fenómeno puede afectarnos de dos maneras. Una, a través de la crecida del río Paraná y todo su sistema. Otra, por lluvias extraordinarias en la región. Por eso dentro de los plantes de contingencia habrá emergencias pluviales y emergencias fluviales”.

“Si los ríos están altos y llueve mucho sobre Santa Fe, habrá que garantizar el correcto funcionamiento de todo el sistema de bombeo para extraer el agua y que no se produzcan inundaciones dentro del anillo de defensa”, agregó.

Los trabajos sobre las defensas costarán alrededor de 2.000 millones de pesos e implicarán mover nada menos que 100.000 metros cúbicos de tierra -a modo de ejemplo, esto representa colocar un metro de tierra a lo largo de 10 manzanas o 10 hectáreas de suelo-.

Cómo reubicarán a las personas que viven en el sistema de defensas del Gran Santa Fe

La primera tarea será, seguramente, la más delicada: antes del ingreso de las maquinarias, será necesario reubicar a centenares -¿o miles?- de personas que hoy habitan sectores de los terraplenes de defensa que perdieron altura durante los últimos años. También a quienes viven en puntos críticos de los taludes.

“Cuánta gente deberá dejar sus viviendas, dónde y cómo ubicarla, será una de las primeras tareas de este Comité antes de la llegada de las lluvias. Esto abarca a los que viven sobre los terraplenes y también a los que construyeron a los costados -taludes- del sistema defensivo”, adelantó Gioria.

Inicialmente, se trasladará a estas familias a casillas transitorias. Luego, cuando la posible inundación pase, llegará el momento de determinar nuevos asentamientos alejados del peligro de las crecidas de los ríos. “No podemos permitir que esas familias vuelvan a ubicarse en las defensas”, advirtió.

“Tenemos que trabajar rápido, pero estamos a tiempo. En estos momentos el río Paraná y el Iguazú se encuentran con niveles bajos. Y no se prevén lluvias inmediatas en el sur de Brasil. Cuando las precipitaciones comiencen a producirse, tendremos entre 40 y 50 días para que la crecida llegue a Santa Fe”, aseguró el presidente del Comité de Emergencia.

Los puntos de las defensas más densamente poblados y que deberán ser liberados se encuentran en San José del Rincón y en Colastiné Norte, barrio de la costa de la ciudad de Santa Fe: “Allí hay muchas familias y debemos elevar el nivel de coronamiento de las defensas y reparar cárcavas en los taludes”.

Otros puntos sensibles serán el barrio El Pozo y el distrito de Alto Verde. También habrá traslados de personas en otros puntos de Santa Fe e, incluso, de la ciudad de Santo Tomé, adelantó el funcionario. En el caso del barrio Varadero Sarsoti existen grandes asentamientos poblacionales sobre los terraplenes, pero allí las defensas están consolidadas y no perdieron gran altura durante los últimos años.

“Los que viven sobre los taludes del lado del río se deberán trasladar sí o sí, porque el agua avanzará sobre sus viviendas. Las comunas o municipalidades deberán tomar las acciones pertinentes para reubicar a estas familias en la emergencia. Cada una de las comunas o municipalidades tendrá que tener un plan de contingencia”, insistió.

Algunos de los que habitan los taludes interiores de las defensas -del lado urbanizado- también tendrán que abandonar sus viviendas, ya que “hay que hacer trabajos con maquinarias, como por ejemplo cunetas que bordean los terraplenes. Allí vamos a intervenir. Las máquinas tienen que entrar. Hay un bien común que no puede ponerse en riesgo por situaciones particulares”.

En la ciudad de Santa Fe, los asentamientos no solo se extienden sobre los terraplenes de defensa, sino que durante los últimos años, también se extendieron dentro de las áreas de reservorios cuya función es acumular el agua de lluvias extraordinarias.

La sequía que parecía eterna llegó a su fin y se anuncia la llegada de lluvias por encima de los niveles históricos para toda la región: “No en todos los períodos de fenómeno del Niño hemos tenido crecidas extraordinarias de los ríos. Pero hay que prepararse ante la posibilidad de que esto suceda”, dijo Gioria.

El trabajo social, habitacional y de reparación de la infraesctructura existente, recién comienza. Tarde o temprano iba a suceder.