Esta nota fue publicada en Aire Digital
Después de tres años de sequía extrema en Santa Fe y en gran parte del territorio argentino, las condiciones comenzaron a modificarse y, más allá de la incertidumbre que el cambio climático global genera, existe una certeza: el último cuatrimestre de este año se manifestará un fenómeno Niño, con fuertes lluvias y crecidas de los ríos.
En el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE, Borus explicó que “si observamos los fenómenos del Niño anteriores, vemos que las lluvias nunca pegan de la misma manera”.
“Puede ser que se concentren sobre la llanura pampeana y el sur de Santa Fe, o que aborden la franja media del litoral como en 1998, o el norte Misiones y la cuenca del Iguazú como en 1992, o que caigan sobre el tercio superior de la cuenca del Plata”, explicó.
Borus remarcó que el Niño llegará a fines de septiembre y en ese momento “tendríamos una señal más clara sobre la zona de mayor impacto de las lluvias”.
Si de hacer comparaciones se trata, este año presenta similitudes con 2009: “En aquel momento tuvimos niveles bajos en el Paraná inferior durante los primeros cinco meses, incluso más bajos que los actuales. Y terminamos con un Niño moderado, con escalas por encima de los 5 metros en Santa Fe”.
Fenómeno del Niño: cuál es el peor escenario para Santa Fe
Frente a los meses que se avecinan, existe un posible escenario que podría complicar la situación de la ciudad de Santa Fe y del Gran Santa Fe: “Lo peor sería que las lluvias se concentren primero en las nacientes del Paraná, que provoquen una crecida significativa del río, y que luego se trasladen hacia el litoral sur”.
Esto es lo que sucedió en 2007, cuando gran parte de la ciudad de Santa Fe quedó literalmente bajo agua. Aquella emergencia se produjo apenas cuatro años después de la tragedia del Salado.
De todos modos, la situación de la infraestructura actual de la ciudad es diferente. En 2007, ni siquiera se habían tomado las precauciones como para que las bombas del sistema de defensa del oeste del caso urbano funcionaran adecuadamente, lo que agravó las consecuencias de las inundaciones que arrasaron a numerosos barrios.
Situación del sistema de defensas Santa Fe
Juan Borus hizo hincapié en que es imprescindible “avisar a la gente para que sepa lo que puede llegar a pasar”.
Como miembro del INA, advirtió que “todos los organismos que deben dar respuestas tendrán que estar preparados para saber cómo actuar, para que la situación no sea más complicada”.
La situación del sistema de defensas es un punto clave. Tal como viene advirtiendo AIRE desde el año pasado, gran parte de los terraplenes se encuentran habitados por familias que construyeron de manera irregular sus viviendas, sin que desde el Estado se hiciera lo necesario para evitarlo.
El secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Roberto Gioria, anunció a fines de mayo que se llamará a licitación para avanzar con obras de mantenimiento de las defensas. Para que estos trabajos sean posibles, será imprescindible desalojar los terraplenes.
En este sentido, Borus no dudó en plantear las dificultades que pueden plantearse en caso de que las defensas no estén en buenas condiciones y frente a una crecida extraordinaria: “Si una defensa se rompe, el efecto es peor de lo que hubiese sido sin la defensa. Esto se sabe hoy en el mundo y por eso se modificaron los criterios de protección ante inundaciones”.
