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Creeme que mentí

La caja de Pandora se entreabrió. Azorados y en apenas poco más de 48 horas, los argentinos pudieron vislumbrar los modos de actuar de gran parte de los protagonistas del poder-política-fútbol. Ocurrió entre el lunes y el miércoles de una semana cargada de afirmaciones, desmentidas y contradicciones.
Entre lunes y martes, el vocero de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo, pronunció la siguiente afirmación: “Hay un Estado preocupado porque pone más de 600 millones de pesos ajustables, y como esa suma ya está siendo ajustada ellos quieren tener a los mejores porque ponen mucha plata para tener a los mejores en la pantalla. Para que estos actores estén en la pantalla, tenemos que hacer una fusión que los ponga a resguardo para que no le pase a otro equipo lo que le pasó a River”.
Detrás de él, numerosos dirigentes reconocieron que la propuesta de cambios en el campeonato y la oferta de hasta 1.500 millones de pesos anuales surgió de un llamado del gobierno a la AFA.
“Es una propuesta exclusivamente económica y viene desde el gobierno. Los clubes subsisten por el Fútbol Para Todos y el que diga lo contrario se está equivocando o está mintiendo” , reconoció Norberto Speciale, presidente de Rosario Central. “Es una bajada de línea del gobierno nacional”, afirmó Alfredo Schweizer, titular del correntino Boca Unidos. “Esto viene de afuera de la AFA”, planteó el vice de Vélez, Julio Baldomar.
No fueron los únicos dirigente que vincularon al gobierno con esta idea de equiparar a clubes de la A con clubes de la B para que un grande como River no perdiera la categoría. Sin River en Fútbol para Todos, habrá menos audiencia. Si la audiencia es menor, se reduce la capacidad de captación de votos a través de la campaña propagandística progobierno que acompaña a cada uno de los partidos.
El presidente de Unión, Luis Spahn, fue tan sincero que dijo: “En un momento de elecciones hay una puja entre el gobierno y el Grupo Clarín, y habían quedado los derechos de River, Central y otros equipos atractivos en mano de una disputa política”.
Pero a última hora del miércoles llegó un comunicado oficial de la Asociación del Fútbol Argentino. En su punto 3 decía: “La AFA no recibió ningún tipo de requerimiento, oficial, privado, empresarial o político para proponer un nuevo orden en la disputa de sus campeonatos”.
Como para reforzar semejante contradicción, Julio Humberto Grondona aseguró: “El descenso de River no tiene nada que ver con estos cambios” y remarcó que “en 32 años, ningún gobierno” se entrometió en la AFA.

La hora del análisis
Cuando la AFA emite este comunicado -avalado luego por el mismo Grondona- está diciendo que, durante las horas previas, mintieron Cherquis Bialo, Norberto Speciale, Alfredo Schweizer, Julio Baldomar, Luis Spahn y tantos otros dirigentes, quienes reconocieron que la propuesta de cambios y la oferta de más dinero llegó desde la Casa Rosada.
Dicho de otra manera, se le está pidiendo a la gente que crea que durante 48 horas se le estuvo mintiendo. Jugando con las palabras, el título del comunicado podría haber sido: “Créannos que lo que dijimos no era verdad”. O, simplemente, “Mentimos”.
Pero si es mentira que entre lunes y martes dijeron la verdad, entonces es verdad que mintieron durante 48 horas. Si así fue, ¿cuántas veces habrán mentido?, ¿cómo confiar en que la próxima vez sí dirán la verdad?, ¿será verdad que mintieron?, ¿será mentira que ahora dicen la verdad?, ¿el poder-política-fútbol está en manos de mentirosos?, ¿en qué creer?, ¿a quién creerle?, ¿a Cherquis Bialo, Norberto Speciale, Alfredo Schweizer, Julio Baldomar y Luis Spahn; o a Grondona y su comunicado?
Si era verdad que el problema del fútbol radicaba en que los 180 millones de pesos anuales que recibía de la TV eran insuficientes, ¿por qué numerosos clubes siguen en problema a pesar de los 600 millones de Fútbol para Todos?
Si hubo dirigentes que estrellaron sus clubes con 180 millones y los siguen estrellando con 600 millones, ¿qué garantiza que no ocurra lo mismo con 1.200 ó 1.500 millones?
Si éstos son los antecedentes y las dudas, ¿por qué el gobierno ofrece -¿ofrece?- duplicar el dinero que los clubes reciben de las arcas públicas?
El gobierno, Grondona y los suyos -no son todos-, ¿están convencidos de que se puede reconstruir un relato ficticio de la realidad, sin que nadie lo note?