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El día en que Omar Perotti asumió como gobernador de Santa Fe en 2019, apenas habló durante 24 minutos y sus palabras golpearon con dureza a quienes dejaban el poder. En cambio, su último discurso como primer mandatario ante la Legislatura provincial se prolongó durante casi tres horas y, esta vez, evitó elevar los niveles de confrontación.
La Constitución santafesina no permite la reelección para el cargo de gobernador. Por ese motivo y más allá de quién gobierne, estos discursos de último año de gestión suelen reflejar dos particularidades: la primera es que siempre suenan a despedida; y la segunda es que los gobernadores se esmeran por hacer hincapié en la forma en que desean ser recordados.
En el caso de Omar Perotti, ambas características se hicieron claramente evidentes.
No solo porque su discurso se prolongó por casi tres horas en las que brindó un informe minucioso de lo realizado en las distintas áreas de gobierno, sino porque aproximadamente el 40% de ese tiempo -casi 73 minutos- estuvo dedicado a un tema específico: producción y obra pública.
El último discurso de gestión de Omar Perotti dejó en evidencia que este gobernador desea ser recordado como el impulsor de la Billetera Santa Fe, el Boleto Educativo Gratuito, el buen desempeño provincial en materia exportadora, los “1.000 kilómetros de caminos rurales”, los “93 frentes de obras viales en los 19 departamentos de la provincia”, la “primera plataforma de oferta turística 4.0 del país”, las “más de 2.000 obras públicas en todo el territorio”, los seis acueductos, los “cuatro grandes gasoductos”, el crecimiento de la infraestructura de energía eléctrica y programas tales como Santa Fe + Conectada, que “con una inversión de más de 300 millones de dólares” llevó Internet gratuito a escuelas y barrios carenciados de las principales ciudades.
Como dijo el gobernador, se trata de avances esenciales no solo para el presente, sino también para el futuro de la provincia y de sus posibilidades reales de desarrollo.
Inseguridad y extrema violencia
Sin embargo, y más allá de los deseos personales, la urgencia siempre se impone. Y en este sentido, la provincia de Santa Fe enfrenta una situación crítica en materia de inseguridad y de violencia.
El tema de la inseguridad insumió poco más de media hora en el discurso de Omar Perotti -31 minutos, exactamente-. Es, sin dudas, la cuestión más dolorosa para Santa Fe y seguramente la más incómoda en esta a rendición de cuentas del gobernador.
Perotti habló de cómo recibió la provincia en materia de inseguridad. Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedió aquel 11 de diciembre de 2019 -cuando al asumir habló abiertamente de complicidades entre el gobierno saliente y el narcotráfico-, esta vez evitó hacer hincapié en la herencia recibida y en acusaciones puntuales.
Apenas dijo que “el silencio solo le sirvió al delito” e insistió en que recibió una “institución policial degradada, con serios problemas de equipamiento y de infraestructura”.
Perotti remarcó las inversiones realizadas durante su gestión para compra de patrulleros, chalecos, armas, equipos de comunicación y de videovigilancia. También resaltó que gracias a la apertura de tres nuevas escuelas de policía, ahora son más los efectivos que se suman a la fuerza, que los que la abandonan cada año.
“Seguramente cometimos errores, pero dotar a la policía de lo necesario no se logra de un día para el otro”, sostuvo. E insistió en que “en este proceso de depuración la Agencia de Control Policial, junto al MPA, realizó 68 allanamientos y detuvo a 122 agentes de seguridad, entre penitenciarios y policías, vinculados a diferentes delitos. En especial, el narcotráfico”.
Lo cierto es que luego de distintos intentos fallidos, recién durante la última etapa de gestión Omar Perotti parece haber encontrado a un ministro de Seguridad –Claudio Brilloni– capaz de gestionar -más allá de los éxitos y fracasos de sus medidas- un área tan sensible.
Perotti habló específicamente de las responsabilidades del Gobierno de la Nación en este tema: “La Nación no puede permitir que esto pase en su territorio. Venimos reclamando mayor dotación de fuerzas federales con capacidad logística… Y más controles en fronteras y puertos, por donde ingresan drogas y armas”.
Las estadísticas indican que en lo que va de 2023 y a pesar de la mayor presencia federal, en la ciudad de Rosario se produjo casi un homicidio por día. La situación es verdaderamente alarmante.
El último discurso de apertura de sesiones legislativas de la gestión de Omar Perotti fue el preludio del inicio formal del proceso electoral en la provincia.
En este sentido, el gobernador pidió que el tema de la inseguridad no se convierta en bandera de campaña: “Los ataques entre nosotros no resuelven los problemas de inseguridad, sino que lo agravan”.
Sin embargo, difícilmente la inseguridad no se convierta en el eje de esta campaña en la provincia.
Como sucediera en 2019 -cuando Perotti compitió por la Gobernación-, el problema existe, cada año se cobra más vidas y la ciudadanía espera respuestas.