Esta nota fue publicada en Aire Digital
Tienen más de 18 años; viven en cada uno de los rincones de la provincia de Santa Fe; anhelan completar sus estudios secundarios a distancia, pero no pueden hacerlo.
Solo a modo de ejemplo de lo que esta situación provoca, el Movimiento Los Sin Techo cuenta en la ciudad de Santa Fe desde 2021 con un listado de 55 madres jóvenes y adultas, que quieren iniciar o terminar el secundario de manera virtual, pero se ven imposibilitadas de cumplir su deseo porque no tienen cómo inscribirse.
José Ambrosino, responsable de Los Sin Techo, dijo que estas madres no están en condiciones de asistir a una escuela para adultos de manera presencial. No solo porque viven en barrios desde los cuales resulta complicado movilizarse -sobre todo durante las noches-, sino porque además deben estudiar y, al mismo tiempo, acompañar a sus hijos.
Lo mismo sucede en pequeñas localidades de la provincia de Santa Fe, donde no existen establecimientos de educación para adultos para que los interesados puedan asistir de manera presencial y desde 2021 perdieron la posibilidad de capacitarse a distancia.
Ambrosino aclaró que Los Sin Techo vienen trabajando sin inconvenientes con el Gobierno de la Provincia en la construcción de viviendas y en diferentes estrategias para sostener a los que menos tienen en medio de la crisis económica que atraviesa el país. Sin embargo, planteó que sería importante que estos sectores estén en condiciones de realizar sus estudios secundarios de manera virtual, porque no tienen otras alternativas. “Hasta para trabajar en una verdulería les piden el título secundario”, resaltó.
“Nosotros contamos con 12 centros barriales con conectividad y con los tutores para acompañar a estas 55 mujeres que, de otra manera, no pueden terminar su secundario. Incluso, ponemos a disposición nuestro salón del Colegio Mayor para las actividades presenciales”, remarcó.
E insistió: “Que al menos abran las inscripciones para 2023. Es el único modo. Quieren estudiar, pero no tienen otra alternativa. Nuestros centros están a pocas cuadras de sus casas, les damos una tablet y las acompañamos. Ellas no pueden dejar a sus hijos y salir de sus barrios para ir a una escuela para adultos”, agregó.
AIRE consultó este miércoles a distintas fuentes fuentes del Ministerio de Educación de Santa Fe: si bien reconocieron la situación, la respuesta fue que se trabaja en el tema pero que, por el momento, no se realizarán declaraciones públicas al respecto.
Alrededor de 5.000 alumnos en 2020
El 5 de abril de 2020, durante los momentos más duros de la cuarentena por coronavirus, la periodista Valentina Fassi publicaba en Aire Digital un informe titulado “La escuela virtual santafesina que sigue dando clases pese al coronavirus y pone a disposición sus contenidos digitales”.
“En Santa Fe hay una escuela que no paró a pesar de la coyuntura, que es única en el país en su modalidad virtual y hoy pone a disposición sus contenidos para que otros docentes y alumnos puedan continuar formándose desde casa. Una propuesta para repensar la educación tradicional”, decía la nota.
Además, explicaba que en ese momento ya había más de 1.000 egresados y que en la primera semana de marzo de 2020 alrededor de 5.000 alumnos se habían inscripto para avanzar con su educación secundaria de manera virtual.
Durante el aislamiento obligatorio por covid, desde la institución decidieron compartir sus contenidos digitales con otras comunidades educativas para que otros docentes puedan disponer de estos en la emergencia.
El impacto de la pobreza en Santa Fe
A pocas horas de que la Universidad Católica Argentina diera a conocer los índices de pobreza en el país -el 43,1% de los argentinos son pobres y el 8,1% son indigentes-, José Ambrosino habló del impacto de esta realidad en la ciudad de Santa Fe.
En el programa Creo, que se emite cada mañana por AIRE, dijo que se respira una “relativa calma” en los barrios más pobres, aunque reconoció que existe un “malestar creciente” porque el dinero no alcanza.
En esta ciudad, se calcula que viven unas 40.000 personas indigentes, que necesitan al menos 60.000 pesos mensuales por grupo familiar para garantizar el alimento.
