Martes, abril 16, 2024
Inicio MIRADA Subsidios al transporte por colectivos: viaje al pensamiento del gobierno de un...

Subsidios al transporte por colectivos: viaje al pensamiento del gobierno de un país unitario

Esta nota fue publicada en Aire Digital

  • Por cada colectivo que circula por el Area Metropolitana de Buenos Aires (Amba), el gobierno nacional destina 1.600.000 pesos mensuales en concepto de subsidios. Pero por cada colectivo que opera en Santa Fe, Córdoba o Rosario, el mismo gobierno de la Nación aporta poco más de 300.000 pesos mensuales. Es decir, cinco veces menos dinero.
  • Los habitantes del Amba pagan en promedio $25.50 por cada boleto; pero los vecinos de Santa Fe, Córdoba o Rosario deben pagar $85. Es decir, 3,5 veces más.
  • Mientras los choferes del Amba cobrarán $200.000 mensuales por su trabajo; sus colegas de Santa Fe, Rosario o Córdoba reciben $150.000 por realizar la misma tarea.
  • Los fondos que distribuye el gobierno nacional para sostener el transporte provienen de los impuestos que aportan todos los argentinos: los que pagan $85 el boleto, los que lo pagan $25.50 y hasta los que viven en localidades que ni siquiera cuentan con colectivos urbanos.

Cuando se le preguntó a la vocera del gobierno, Gabriela Cerruti, por qué existen tamañas desigualdades en la distribución de fondos nacionales, respondió que el presidente Alberto Fernández “no solo declama el federalismo, sino que lo ejerce”.

Es decir que, según Cerruti, el Gobierno nacional destina 8 de cada 10 pesos de subsidios al transporte a los colectivos que circulan en el Amba y apenas los 2 pesos a las unidades que operan en las otras ciudades del país, porque ejerce el federalismo.

¿Qué significa federalismo para el gobierno argentino?

La respuesta de la vocera presidencial frente al planteo sobre las desigualdades en la distribución de los recursos nacionales para sostener el transporte público, no solo revela cuál es la mirada del gobierno sobre este tema puntual, sino también deja al descubierto de qué manera se interpreta el federalismo.

Por ese motivo, vale la pena analizar con detenimiento la respuesta oficial:

  • “El presidente Alberto Fernández no solo declama el federalismo, sino que lo ejerce… No hay provincia, ya sea de un signo político cercano al oficialismo o no, que no cuente en este momento con una cantidad de obras con un nivel de crecimiento, con una asistencia por parte del gobierno nacional en cuanto a una cantidad de recursos que se están distribuyendo de manera federal, de manera fraternal, como tiene que suceder en un país federal como el nuestro”, dijo Cerruti.

Al argumentar por qué el presidente Alberto Fernández es un férreo defensor del federalismo, Gabriela Cerruti realizó una clara descripción del unitarismo, el sistema opuesto para la organización del Estado nacional.

La vocera presidencial resaltó la “asistencia” del gobierno central a las provincias y habló de cómo el gobierno central “distribuye” los fondos públicos de manera “fraternal”.

Si el verdadero federalismo del que habla Cerruti existiera, no sería necesario que el gobierno central “asista” o “distribuya” dinero entre las provincias, salvo en situaciones de extrema emergencia -un desastre natural- o ante necesidades que atañen al país todo -el sistema de defensa nacional, construcción de rutas interprovinciales, etc.).

Si la Argentina se rigiera por un sistema verdaderamente federal, el gobierno nacional no funcionaría como una implacable aspiradora de recursos a través de los impuestos que se cobran a los habitantes de cada una de las provincias; sino que ese dinero debería ser recaudado por los gobiernos municipales y provinciales.

Solo a través de retenciones a las exportaciones, Santa Fe aportó en un año cuatro veces más recursos de lo que la Nación destinará a obras entre 2020 y 2023 en esta provincia.

Solo a través de retenciones a las exportaciones, Santa Fe aportó en un año cuatro veces más recursos de lo que la Nación destinará a obras entre 2020 y 2023 en esta provincia.

Entre 2020 y 2023 el Gobierno de la Nación tiene planificado destinar -entre obras ya inauguradas, obras en construcción y obras planificadas- 147.496 millones de pesos a la provincia de Santa Fe. Es decir, un promedio anual de casi 37.000 millones de pesos.

Pero según el informe de la Bolsa de Rosario, solo en 2021 la provincia Santa Fe aportó a la Nación 788.000 millones de pesos en impuestos nacionales -IVA, Ganancias, Impuesto al Cheque, etc.-; y 578.000 millones de pesos por retenciones a las exportaciones.

Quienes defienden este unitarismo disfrazado de federalismo argumentan que, gracias al actual esquema, el gobierno central tiene la posibilidad de actuar como una suerte de compensador entre las provincias más ricas, y las más pobres.

Sin embargo, la distribución de los subsidios al transporte desnuda lo que es una verdadera falacia: en este caso, el gobierno nacional aporta cinco veces más dinero al distrito más rico de la Argentina -Capital Federal y alrededores-, si se lo compara con los aportes para los colectivos de las provincias más pobres.

En un país realmente federal, si los colectivos de Santa Fe, Santiago del Estero o Mendoza necesitan ser subsidiados, no deberían depender de la decisión del gobierno nacional de turno. Esos recursos deberían surgir de cada Municipio o provincia, pero para que esto sea posible, la mayor parte de la recaudación debería quedarse en las provincias y municipalidades; y una proporción menor debería destinarse al sostenimiento del gobierno central.

  • “El federalismo no pasa por una cuestión puntual como puede ser la cuestión de los subsidios, que es otra discusión”, remarcó la vocera.

Nadie puede oponerse a esta afirmación. Sin embargo, cuando el gobierno central es el que maneja y distribuye fondos que se recaudan en todo el país, la manera en que se administra el dinero es parte esencial del debate.

Al parecer, Cerruti -y el gobierno- confunde Amba con Nación. Según esta lógica, el gobierno nacional debe garantizar el funcionamiento de los colectivos en Amba, y los gobiernos provinciales deben hacerlo en el resto de las ciudades.

Cerruti parece olvidar que los fondos nacionales surgen de los aportes de todos los argentinos. No solo de los que pagan $85 el boleto, sino también de quienes viven en localidades que ni siquiera cuentan con colectivos urbanos.

El gobierno nacional destina cada mes 5 veces más subsidios a los colectivos que recorren la ciudad de Buenos Aires, en comparación con las unidades que circulan en el resto de las ciudades del país.

El gobierno nacional destina cada mes 5 veces más subsidios a los colectivos que recorren la ciudad de Buenos Aires, en comparación con las unidades que circulan en el resto de las ciudades del país.

Y más allá del manejo del dinero, la cuestión fondo es la siguiente: si la responsabilidad por el transporte urbano en la ciudad de Santa Fe recae en la Municipalidad local, ¿por qué la responsabilidad por el funcionamiento del transporte en Amba recae en el Ministerio de Transporte de la Nación? Una vez más, Amba no es la Nación, sino apenas una ciudad y sus alrededores.

El pedido de equidad no es el problema

  • “La discusión con respecto a los subsidios del transporte no tiene que enfrentar al Amba con las diferentes provincias. Tiene que llegarse a una solución general. Y el transporte también tiene que tener cada vez menos subsidios y que las empresas de transporte se hagan cargo de aquello que tienen que hacerse cargo”, insistió Cerruti cuando se le preguntó sobre la manera en que se distribuyen los fondos públicos.

Las provincias no impulsan ningún enfrentamiento. Simplemente, lo que piden es que los recursos se distribuyan de manera equitativa entre los colectivos que recorren el Amba y los que operan en el resto de las ciudades. Ni más, ni menos: la misma cantidad de dinero por cada unidad de transporte urbano de pasajeros, sin importar en qué lugar del territorio nacional circulan.

El pedido de equidad no es lo que genera enfrentamientos. En todo caso, el motivo de los enfrentamientos radica en el actual desequilibrio en la distribución de los recursos.

Gabriela Cerruti no hace más que reflejar la mirada del actual gobierno y, en cierta medida, también de los gobiernos que lo precedieron.

Alberto Fernández, un “porteño solidario”

En junio pasado, el presidente Alberto Fernández visitó la ciudad de Santa Fe para anunciar la construcción de una nueva planta potabilizadora de agua. Y esa ocasión, lanzó la siguiente frase: “…Como soy un buen porteño, y un buen porteño debe ser solidario con el resto de la Patria; y como antes que porteño soy argentino, voy a trabajar hasta el último día que me toque ser presidente para hacer más federal a la Argentina”.

Y añadió: “Santa Fe, como Rosario, tiene que tener los mismos derechos que tiene un porteño. Soy porteño. Nací en mi querida ciudad de Buenos Aires, amo a mi ciudad de Buenos Aires. Pero me siento muy mal viendo lo injusto que es, con la comodidad que vivimos en Buenos Aires, y con las dificultades que enfrentan las ciudades del interior de la Patria”.

“Me siento muy mal viendo lo injusto que es, con la comodidad que vivimos en Buenos Aires, y con las dificultades que enfrentan las ciudades del interior de la Patria”, dijo en Santa Fe el presidente Alberto Fernández en junio pasado.

 

Frente a estas declaraciones del Presidente, algunas preguntas:

– ¿Por qué es necesario que el gobierno nacional se haga cargo de pagar una planta potabilizadora para una ciudad en particular?

– ¿Por qué un porteño debe ser “solidario con el resto de la Patria?”.

– Si ese mismo Presidente destinara dinero a construir obras en Capital Federal, ¿también sería por solidaridad?

– Si no fuera por solidaridad, ¿sería porque está cumpliendo con su obligación por tratarse de Capital Federal?

– ¿El presidente cree que ser federal es ser solidario, cuando los recursos que distribuye surgen de los aportes de los ciudadanos de todo el país?

Como dice Cerruti, la cuestión del federalismo va mucho más allá de cómo se reparten los subsidios al transporte.

En todo caso, la forma en que se reparten los subsidios al transporte desnuda, con descarnada crudeza, cuál es el verdadero estado del federalismo en esta Argentina confundida.