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En medio de un gabinete que -salvo contadas excepciones- no se caracteriza demasiado por su proactividad y exposición mediática, Marcelo Sain parece haberse convertido en el ministro más fuerte del equipo de Omar Perotti.
Respetado por algunos y odiados por otros, este bonaerense nacido en Paraná se encargó de absorber la atención pública a partir de declaraciones y actitudes que, de una manera u otra, terminan rompiendo el molde de la política santafesina. Las luces no lo incomodan. Incluso, parece disfrutar de las miradas que, para otros integrantes del gabinete santafesino, suenan a una carga agobiante.
Mientras el senador Armando Traferri -sospechado de integrar una banda criminal vinculada con el juego clandestino y el narcotráfico- lo acusa de haber orquestado una campaña en su contra, Sain se encarga de marcar la cancha y disipar cualquier tipo de dudas: “Yo soy Perotti”, advierte, y anuncia su decisión de accionar civilmente en la Justicia contra este legislador si no se retracta de sus dichos o si no presenta las pruebas que sostienen su acusación. Dicho en otros términos, si no hay acuerdo y Traferri no muestra sus pruebas, podría verse obligado a resarcir económicamente al ministro.
Cuando el abogado de Traferri, el Dr. José Luis Vázquez, dijo públicamente que por este camino Omar Perotti no llega al final de su mandato, atrajo la inmediata atención de Sain: “Yo le voy a poner el cuero a eso. Yo vengo de una cultura política distinta a la santafesina. Acá todo el mundo se conoce, no se blanquean los conflictos. Acá todo se arregla con un asadito… En Santa Se los asados y los cafecitos terminan derrumbando el Estado de derecho y la división de poderes”.
“Yo soy empleado del gobernador. Soy un empleado de Omar Perotti y lo voy a defender a muerte, mucho más frente a gente que dice que no va a terminar su mandato… Vamos a dar la vida para que termine su mandato”, insiste.
Por si quedaba alguna duda, Sain aclara: “Yo no hago institucionalmente nada como ministro que no esté conversado y en una línea institucional con el gobernador. Soy empleado de él. No me corto solo. No hay autonomía. Yo verbalizo cuestiones que no le tocan (hacerlo) al gobernador porque está en el escalón superior del poder administrativo, pero son cuestiones largamente conversadas con él. Soy una persona de extrema confianza del gobernador y hemos construido este año una relación de mucho afecto personal, de mucha confianza personal. Y me convertí en perotista”.
Acuerdo transversal, alianzas políticas y corrupción
Sain está convencido de que durante los últimos años el Frente Progresista Cívico y Social debió “negociar” la gobernabilidad de la provincia de Santa Fe con un sector del peronismo, por no contar con mayorías en la Legislatura.
“Los senadores ponían y sacaban informalmente jefes de policía. Los senadores eran los viejos delegados políticos del sistema político institucional santafesino. Eran los jefes políticos. Nosotros planteamos reglas de juego diferentes y quien pierde poder siempre reacciona. Algunos, los mas inteligentes, han entendido los nuevos tiempos, se corrieron a un costado. Pero los que se sentían mas capangas reaccionaron de una manera intempestiva. Todos sabemos que el crimen complejo en Santa Fe tiene protección policial, judicial y político”, afirma.
El ministro reconoce que antes de las elecciones de 2019, Omar Perotti acordó políticamente con estos sectores del peronismo: “Que haya una alianza política no significa que Perotti sea esclavo de estos factores de poder… Una cosa es este conflicto y otra la unidad del peronismo… Yo voy a trabajar por la unidad y ganar las elecciones pero sobre la base de la impunidad, no”.
Sain es duro contra algunos senadores que, incluso antes de escuchar las evidencias en contra de Traferri, salieron defenderlo públicamente. Se trata, entre otros, de los senadores Lisandro Enrique y José Baucero.
“Enrico, hombre de la mano dura y la licuación de las garantías constitucionales en el proceso penal, ahora le encantan las garantías cuando la investigación compromete a sus colegas… Ahora es zafaroniano… Para los negros y para hacer campaña electoral, mano dura; pero ahora son todos garantistas para defenderse como corporación”, resalta.
La política santafesina culmina este 2020 atravesada por un grado de tensión que no se vivía desde hacía décadas. Y en este crujir, todo indica que los enfrentamientos políticos y las novedades en materia judicial se incrementarán durante 2021, un año de elecciones.
