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Un relevamiento efectuado por la Secretaría de Seguridad Social de la Provincia de Santa Fe detectó en diciembre del 2023 un total de 870 empleados del Estado con licencias por accidentes de trabajo o enfermedades laborales que, juntos, sumaban alrededor de 200.000 días acumulados sin prestar servicios.
En el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE, el funcionario remarcó que detectaron diversas irregularidades y que, al 30 de abril de 2024, el número de agentes con licencias por estos motivos había caído a 338. Los datos incluyen al Estado santafesino en general y a los entes autárquicos provinciales.
Entre tantas irregularidades, encontraron que gran parte de las licencias en la ciudad de Rosario habían sido prescriptas por un médico en particular: Miguel Jalife, otorrinolaringólogo.
Boasso dijo que en el momento en que comenzaron a ordenar la situación, encontraron “en el área Educación a 514 personas con licencias, que juntas acumulaban 114.000 días sin prestar servicios; en Seguridad, 53.000 días acumulados; en Salud, 20.000 días. En otros ministerios el índice era bajísimo”.
Licencias en el Estado de Santa Fe: las principales enfermedades diagnosticadas
“Cuando empezamos a verificar las patologías -añadió-, en primer lugar nos encontramos con todo lo relacionado con traumatología, después aparecían disfonías, sinovitis, tenosinovitis. Comenzamos a controlar con juntas médicas y profesionales del Ministerio de Salud, hasta llegar al 30 de abril con 338 agentes licenciados. Pasamos de 200.000 días acumulados, a 74.000 días acumulados”.
Según los cálculos oficiales, esto implicó un ahorro acumulado de aproximadamente 3.000 millones de pesos para el Estado santafesino hasta el momento: “Tomamos como costo diario unos 30.000 pesos promedio por empleado por los días de ausencia. Esto, sin contar los gastos extras que se produjeron por el pago de suplencias en los casos de Educación y Salud”.
—¿La gente se accidenta o se enferma menos ahora en el Estado de Santa Fe o detectaron irregularidades?
—No había controles, todo aquel que iba a hacer una denuncia de accidente de trabajo o enfermedad profesional se tomaba como tal. Por ejemplo, en Rosario tuvimos en 2023 un total de 374 casos de enfermedades profesionales.
Desagregadas, el 85% eran disfonías que denunciaban al Ministerio de Educación y no se hacían los controles respectivos.
—¿No los controlaba un médico?
—Prácticamente no, se tomaba como cierto el certificado de un médico de Rosario que prácticamente certificaba el 85% de esos casos.
—¿Tienen detectado a ese médico?
—Sí, doctor Jalife, de Rosario.
—¿Y qué van a hacer con el doctor Jalife?
—Vamos a tratar de hacerle una denuncia en el Colegio de Médicos, independientemente de ello, por supuesto tomamos la precaución de que todo aquel que venía con certificado doctor Jalife lo derivamos a otros médicos, a otros estudios.
—¿En la ciudad de Santa Fe tenemos algún “Dr. Jalife”?
—En Santa Fe no ocurría lo mismo porque acá el protocolo era más eficiente, acá había cuatro médicos, hay cuatro médicos. Y también se cuenta con un aparato llamado estroboscopio, que permite hacer estudios más precisos.
Falta de controles adecuados para evitar irregularidades
Más allá del trabajo de algunos médicos, Boasso hizo hincapié que “todo esto ocurría porque de este lado del mostrador -en el Estado de Santa Fe- no había controles, no se seguían los procedimientos adecuados, no había ni siquiera una firma responsable en el expediente”.
“La ineficiencia, la ineptitud, la falta de transparencia de un Estado, cuesta. Cuesta muchísimo y lo paga la gente, y eso es lo que este gobierno trata de evitar con transparencia, con eficiencia en la gestión”, insistió.
Boasso remarcó que “el objetivo no es aquel que tiene un verdadero accidente de trabajo o enfermedad profesional y que actúa de manera honesta. Ese empleado está viendo que hay compañeros que se toman 30, 60, 90 o más días de licencia, sin que se verifique realmente si tiene una enfermedad profesional o un accidente de trabajo”.