Este informe fue publicado en www.airedesantafe.com.ar
El sábado 29 de mayo pasado sucedió una situación inédita: el gobernador Omar Perotti anunció las nuevas medidas provinciales para enfrentar la pandemia de covid, pero dedicó las primeras palabras de su presentación a hablar de la infraestructura sanitaria que existe en provincias vecinas, como Buenos Aires y Córdoba.
Se dijo que en Córdoba existen 3.753 camas de Terapia Intensiva (1.796 en el sector público y 1.957 en la salud privada); mientras que Santa Fe cuenta con algo menos de 1.200 camas (462 en hospitales y alrededor de 700 en el clínicas y sanatorios).
Como suele suceder en estos casos, los números entremezclan parte de realidad y una buena dosis de interpretación. En gran medida, fue el Gobierno de Córdoba, a través de su manera de presentar la información, el que terminó instalando una situación que no es absolutamente auténtica.
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El sistema sanitario cordobés cuenta con 705 camas de Terapia Intensiva para adultos equipadas con respirador en el sector público para ser destinadas a casos de covid, a lo que se suman otras 521 camas con las mismas características en el área privada. Esto arroja un total de 1.226 camas en condiciones de recibir a pacientes con coronavirus en estado crítico.
Según el último informe oficial del Ministerio de Salud de Córdoba, la cantidad de camas para pacientes críticos con covid se expandió recientemente a 736 en el sector público y 882 en el privado. De esta manera, en estos momentos la vecina provincia cuenta entonces con 1.618 camas UTI.
Un dato clave a tener en cuenta: desde Apross, la obra social de la provincia de Córdoba, se vienen realizando fuertes erogaciones económicas para sostener y reforzar al sistema privado de salud en la pandemia.
Si bien no es cierto que Córdoba cuente con 3.753 camas de Terapia Intensiva disponibles para covid, sí es verdad que el sistema permite una gran expansión en caso de ser necesario. A través de consultas a distintas fuentes oficiales y extraoficiales de la vecina provincia, Aire Digital pudo confirmar que a estas camas en Córdoba se les suman otras 1.091 en el sector público y 1.436 en la salud privada que, a pesar de no contar con respirador, sí están equipadas con oxígeno y monitoreo. Si bien no pueden ser consideradas como camas de Terapia Intensiva, representan una importante capacidad de crecimiento de infraestructura que no tiene la provincia de Santa Fe.
Según datos oficiales nacionales del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), Santa Fe cuenta con la capacidad de expansión de 269 camas críticas entre el sector público y el privado, aunque desde el Ministerio de Salud de la Provincia se viene insistiendo desde hace algunas semanas en que el sistema ya llegó al límite de sus posibilidades.
Sólo a modo de ejemplo, hace tiempo que en el Hospital Cullen de Santa Fe desapareció lo que se consideraba Terapia Intermedia (Unidades de Cuidados Intensivos – UCI) y todas las camas se convirtieron en Unidades de Terapia Intensiva. En estos momentos, el hospital cuenta con 55 camas críticas (52 con respirador y 3 con oxígeno), a las que se suman camas en el área de Guardia y de Shock Room que también están siendo utilizadas como unidades covid.
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Ya no alcanza el recurso humano
Desde ambos gobiernos se reconoce que el mayor inconveniente en estos momentos pasa por el recurso humano. El presidente del Colegio de Médicos de la ciudad de Santa Fe, Carlos Alico, dijo que en el departamento La Capital existen 31 médicos intensivistas y que ya no son suficientes para atender la capacidad de camas instaladas. El problema se agrava en los departamentos del interior.
En toda la provincia de Córdoba existen 255 médicos intensivistas. Esto significa que si el sistema llegara a su máximo nivel de expansión (alrededor de 3.500 camas críticas), cada uno de ellos tendría a cargo a 13 pacientes, cuando la teoría indica que cada profesional no debería abocarse a la atención de más de cuatro a siete camas.
Santa Fe padece el mismo problema, por lo que en estos momentos se suman en las Unidades de Terapia Intensiva a profesionales de otras especialidades que hacen lo posible bajo la dirección de médicos especializados. Es verdad que nadie se queda sin atención. Sin embargo, también es cierto que muchos no reciben la misma calidad de atención que recibirían en otras circunstancias.
Por qué Santa Fe tiene menos infraestructura en Salud
Santa Fe y Córdoba son dos provincias gemelas y que en términos económicos y sociales se parecen. Sin embargo, las diferencias en materia de infraestructura sanitaria son innegables.
Desde el gobierno de Omar Perotti se insiste en que, antes del inicio de la pandemia, el sistema público de salud apenas contaba con 154 camas de terapia intensiva en toda la provincia y que esta capacidad creció en el último año y medio hasta llegar a las 462 camas.
¿Cómo es posible esta situación, cuando durante las tres gestiones de gobiernos socialistas se hizo hincapié en el fortalecimiento del sistema de Salud, incluso con la inauguración de modernos hospitales en ciudades como Santa Fe -nuevo Iturraspe y Cemafe-, Reconquista y Venado Tuerto; y la construcción inconclusa de otros grandes nosocomios en Rosario y Rafaela?
El actual director del Tercer Nivel del Ministerio de Salud de Santa Fe, Rodrigo Mediavilla, aseguró que en algunos efectores el incremento en el número de camas críticas durante el último año y medio llega al 700%: “Es como si en estos meses hubiésemos inaugurados varios hospitales, porque la capacidad instalada que encontramos era absolutamente insuficiente para esta crisis”.
En realidad, las diferencias en la infraestructura de Salud de Santa Fe y Córdoba es histórica. Sólo la ciudad de Córdoba cuenta con 13 hospitales provinciales de distintas especialidades y complejidad. A estos se les suman dos hospitales nacionales, como el Hospital Nacional de Clínicas y la Maternidad Nacional; y tres hospitales municipales: Hospital Infantil, Hospital Príncipe de Asturias y Hospital de Urgencias. A estos se suman otros 23 sanatorios, clínicas y hospitales privados en la capital de la provincia vecina.
Miguel Capiello fue ministro de Salud de Santa Fe durante las gestiones socialistas de Hermes Binner y Antonio Bonfatti: “La gran diferencia entre ambas provincias es que, cuando nosotros llegamos, nos tuvimos que dedicar a recuperar la capacidad instalada y a generar todo lo que no había. No olvidemos que hace 15 años la mayoría de las patologías complejas se derivaban al sector privado porque no teníamos cómo atenderlas en los hospitales públicos”.
Según el exministro, se construyeron 104 centros de atención primaria. Alrededor de 80 en los primeros años de gestión. “Recién entonces pudimos comenzar a trabajar en los otros niveles de atención. El plan estratégico se completaba con cinco hospitales de alta complejidad, de los que terminamos de construir tres. No llegamos a concluir el de Rafaela y el Regional de Rosario”, insistió.
“La red se completaba con hospitales de mediana complejidad, como el de San Cristóbal, Ceres, Las Toscas, Las Parejas y Coronda, que comenzó a funcionar con el actual gobierno”, añadió Capiello.
Andrea Uboldi sucedió a Capitello como ministra de Salud: “Es verdad que nosotros pudimos dejar 161 camas críticas con respirador en los hospitales de la provincia, pero con un detalle que no es menor. Cada uno de los centros construidos, está pensado para ser expandido gracias a las redes de oxígeno que permiten transformar hasta las habitaciones. Incluso, los quirófanos y las salas de Shock Room pueden convertirse en terapias intensivas gracias a las estructuras edilicias”.
“Dejamos todo preparado para expandir, reforzamos con respiradores, equipamiento y recursos humanos. Es fundamental el recurso humano calificado, porque la pandemia demuestra que se necesitan especialistas calificados. No todo pasa sólo por el número de camas críticas”, dijo Uboldi.
Uboldi advirtió que, según su mirada, en estos momentos es imprescindible reforzar la atención primaria: “El 80% de los pacientes se deben recuperar en sus domicilios, hay que atenderlos mejor allí, mejorar la estructura de atención a distancia y reforzar el sistema de traslados y emergencia. Si no se avanza en ese sentido, ninguna estructura hospitalaria podrá soportar esta crisis”.
