Andar por la vida equivocado
Es mejor suponer que uno en general se equivoca, a la invicta seguridad de los que transitan la existencia como si siempre tuvieran razón.
Quienes suponen que erran más de lo que aciertan, son inseguros, es cierto, pero no soberbios.
Y los otros son muy seguros, aunque soberbios, y no admiten jamás que hacen las cosas mal.
Son autoritarios.
Había un slogan en la Italia fascista que rezaba: "Mussolini siempre tiene razón".
Así le fue a él, y así les fue a los millones que creyeron semejante disparate.
Siempre impresiona la locura colectiva, esa ceguera fanática que atrapa a veces a las mayorías, que se vuelven tan soberbias y dañinas, como los líderes a los que ungen, concibiéndolos como irrefutables.