Esta nota fue publicada en Aire Digital
Comerciantes y vecinos de la zona de la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Santa Fe denunciaron esta semana nuevos hechos de amenazas y agresiones protagonizadas por cuidacoches. A través de uno de los móviles de AIRE, se escucharon los testimonios de personas que fueron atacadas por haber denunciado públicamente una situación que no es nueva y que parece agravarse con el paso del tiempo.
Pocas horas después de las nuevas denuncias por hechos de violencia, el Ministerio de Seguridad organizó un operativo en la zona de la Terminal. Según el comunicado oficial, fue “para prevenir disturbios y hechos delictivos en la zona… Este viernes, autoridades de dicho Ministerio recorrieron la zona con los vecinos y comerciantes con el objetivo de explicarles cómo funcionará”.
Quien asegure que tiene una solución definitiva al fenómeno de los cuidacoches en Santa Fe, a los enfrentamientos entre algunos de ellos y a las situaciones de violencia explícita o implícita hacia el resto de los ciudadanos, miente.
En la ciudad de Rosario, por ejemplo, se discutía este fin de semana cómo evitar que los ciudacoches se apoderen de las calles cercanas al estadio del Club Atlético Newell’s Old Boys, donde este sábado habrá un recital de rock del que se estima una participación de más de 40.000 personas.
Santa Fe, en el peor de los escenarios
La ciudad de Santa Fe parece encontrarse en el peor de los escenarios: la falta de trabajo genuino, los niveles de pobreza e indigencia son alarmantes –el 60% de los niños controlados por médicos de la Fundación Conin en barrio San Agustín mostraron signos de desnutrición–; la violencia representa un problema endémico y la presencia policial en las calles resulta insuficiente, una situación que el propio Gobierno reconoce.
En este contexto, hace tres años existe una ordenanza que indica cómo se debe organizar a los cuidacoches; pero la norma nunca se aplicó y los vecinos ni siquiera saben qué está prohibido y qué se encuentra permitido.
A mediados de 2019, Santa Fe discutió el tema y el Concejo sancionó una nueva ordenanza. En aquel entonces, algunos proponían la prohibición absoluta de la actividad de cuidacoches. De todos modos, terminó aprobándose la creación del “Programa inclusivo de cuidadores de vehículos”. Fue bajo la intendencia de José Corral y contó con el voto positivo del entonces concejal, Emilio Jatón.
Entre otros puntos, la ordenanza -que no se cumple a pesar de estar vigente-, establece que todo cuidacoches debe contar con acreditación o carnet habilitante de la Municipalidad, que no podrán tener antecedentes penales, que deben inscribirse en un registro a cargo de la Secretaría de Control, utilizar un chaleco identificatorio con un número asignado y que solo podrá trabajar fuera de las áreas de estacionamiendo medido.
Si una ordenanza existe, debe ser cumplida. Si esto no es posible, debería ser eliminada o reformada. De lo contario, solo puede resultar de alguna utilidad para tranquilizar conciencias, pero en la práctica no tiene sentido alguno permitir y convivir con una clara violación a las normas vigentes.
La inquietante respuesta del intendente Jatón sobre los cuidacoches
El intendente Jatón acaba de reconocer este escenario. En declaraciones a AIRE, este viernes advirtió claramente que “a esa ordenanza hay que reverla, porque la realidad nos indica que es inviable”.
“No es un tema que se resuelva solo con la Policía, es un tema social que tenemos que abordar desde distintos lugares. Tenemos que abordarlo con la Municipalidad, el Ministerio de Desarrollo Social, hay muchas personas que están allí con consumos problemáticos”, agregó.
Y cuando se le preguntó sobre los motivos que impidieron poner en práctica la letra de esta ordenanza, Jatón respondió con una frase reveladora e inquietante: “Muchos -cuidacoches- no estaban en condiciones de ser registrados. Cuando llega el momento de los antecedentes, fueron muy pocos los que se pudieron registrar”.
En el fragor de los hechos esta respuesta pudo haber pasado desapercibida. Pero con sus palabras el intendente acaba de reconocer que “muchos” de quienes en este momento se desempeñan como cuidacoches en la ciudad de Santa Fe cuentan con antecedentes penales, lo que termina avalando la preocupación de los vecinos que se sienten temerosos y piden algún tipo de respuesta ante esta problemática.
El reconocimiento público de que la actual ordenanza de regulación de la actividad de cuidacoches es “inviable” y debe ser repensada, es un dato alentador. También parece positivo escuchar a funcionarios municipales y provinciales, quienes coinciden en que se trata de un fenómeno es multicausal que debe ser abordado de manera integral.
Todos concuerdan en el diagnóstico. Sin embargo, con esto tampoco alcanza. Ahora, entonces, llega el momento de tomar decisiones, de buscar alternativas, de explorar caminos, de asumir los costos políticos que siempre implica el hecho de abordar un fenómeno tan complejo.
Quien asegure que cuenta con soluciones simples, miente. Sin embargo, no afrontar la situación, no debatirla y no intentar nuevas opciones, solo contribuirá a profundizar el problema.