Aprobar el Presupuesto Nacional 2011 no fue tarea sencilla en Uruguay. Los diputados de cada uno de los sectores políticos se enfrentaron con firmeza a la hora de esgrimir sus argumentos en el recinto legislativo. Sin embargo, cuando finalmente la ley fue aprobada, todos aplaudieron con fuerza. Incluso, lo hicieron los opositores al gobierno frentamplista de José “Pepe” Mujica.
En la costa de enfrente, la situación es bien distinta. Oficialismo y oposición no logran acercar posiciones. Hay insultos, críticas, recriminaciones y hasta cachetazos.
Para un político uruguayo como el diputado nacional Julio Bango, no resulta sencillo comprender la política argentina desde la cultura política uruguaya.
“Aprobamos el Presupuesto faltando 10 minutos para el vencimiento de los plazos constitucionales. Cuando lo logramos, cada uno de los jefes de bancada de los distintos partidos dijo en voz alta que lo ocurrido fortalecía a la democracia y el resto de los partidos lo aplaudió. Al terminar, todos felicitaron a la presidenta del Congreso porque llevó correctamente adelante la sesión”, relató este legislador que, a pesar de sus jóvenes 48 años, ocupó varios cargos ejecutivos tanto en Montevideo, como en el gobierno nacional.
“Eso está bueno”, dijo entusiasmado, intentando disimular su orgullo. “Hay que defender al país y, por ahora, esa lógica se va preservando”, insistió.
Cuando se lo consulta sobre la política argentina es muy cauto y respetuoso. Sin embargo, reconoció: “Yo no alcanzo a entender al peronismo. Con todo respeto, no entiendo cómo pueden convivir sectores neoliberales, con sectores de izquierda y sectores de centro. Veo una gran complejidad que tiene que ver, seguramente, con la constitución histórica del peronismo”.
“Para un uruguayo -remarcó- es difícil entenderlo. El peronismo fraguó la política argentina y, desde entonces, ya nada fue igual. Esto no permite construir un ordenamiento del sistema político que esté asociado a las ideas, sino que se construye sobre la base de los liderazgos, porque dentro de un mismo sector conviven miradas ideológicas que llegan a grados de antagonismo extremo”.
La realidad del Frente Amplio uruguayo es diferente. A pesar de tratarse de una coalición formada por distintos partidos, “todos los sectores que lo integran pertenecen a un arco que va desde la centro izquierda, hasta la izquierda radical. Pero no hay neoliberales en el Frente”.
La clave para el éxito de esta experiencia “radica en un programa único y en un candidato único. A pesar de la diversidad ideológica, escuchamos la opinión de todos y alcanzamos un programa que nos represente. Es que, si no estamos juntos, no existimos. Esa es la cultura frenteamplista”, finalizó.