Domingo, noviembre 24, 2024
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Medicamentos de Iapos: apareció la prueba que faltaba

 

Esta nota fue publicada en airedesantafe.com.ar

Si algo faltaba para terminar de probar el calvario que los afiliados de Iapos atraviesan cuando necesitas medicamentos oncológicos o para enfermedades poco frecuentes, sucedió entre la noche del viernes y la mañana del sábado últimos, cuando los pacientes que hace apenas una semana contaron sus penurias en Aire de Santa Fe comenzaron a recibir llamadas telefónicas para conocer sus problemas y agilizar las entregas de los remedios que desde hace tanto tiempo reclaman.

No es la primera primera prueba de que los abusos del sistema que desde marzo de este año viene reflejando Aire Digital son reales. A mediados de la semana pasada, se hicieron públicos centenares de reclamos de afiliados que motivaron la actuación de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.

El 17 de julio de 2020, el defensor Raúl Lamberto envió sendas comunicaciones al director del Iapos, Oscar Broggi, y a la ministra de Salud de la Provincia, Sonia Martorano, describiendo en detalle las arbitrariedades a las que los afiliados de esta obra social se ven sometidos. Sobre todo, cuando necesitan medicamentos oncológicos o padecen enfermedades crónicas o poco frecuentes.

El 17 de julio de 2020 el defensor del Pueblo de Santa Fe, Raúl Lamberto, envió una nota al director del Iapos, Oscar Broggi, y a la ministra de Salud, Sonia Martorano, describiendo las mismas situaciones que Aire Digital viene denunciando desde marzo pasado.

El 17 de julio de 2020 el defensor del Pueblo de Santa Fe, Raúl Lamberto, envió una nota al director del Iapos, Oscar Broggi, y a la ministra de Salud, Sonia Martorano, describiendo las mismas situaciones que Aire Digital viene denunciando desde marzo pasado.

“Por lo general, todos los reclamos que presentamos en nombre de afiliados del Iapos que no reciben los medicamentos recetados por sus médicos terminan siendo resueltos favorablemente por la obra social”, aseguró una fuente de la Defensoría del Pueblo, en una muestra más de que los abusos del sistema son reales. El problema es que, antes de llegar a esta instancia, los pacientes debieron enfrentar las constantes negativas cada vez que intentaron retirar sus remedios en las farmacias.

Tal como viene informando Aire Digital, el Iapos terceriza la compra y expendio de medicamentos para sus 580.000 afiliados de toda la provincia. Lo hace a través del Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe, que en el último año recibió alrededor de 7.000 millones de pesos desde la obra social.

El Iapos es el único organismo de salud de la provincia –tanto público, como privado– que terceriza de manera total la compra de los medicamentos. De hecho, el Ministerio de Salud de Santa Fe, cada uno de los hospitales provinciales, las clínicas, los sanatorios y el resto de las obras sociales, realizan llamados a licitaciones o concursos de precios para obtener los menores costos. Lo mismo sucede con las obras sociales provinciales de Buenos Aires, Córdoba o Entre Ríos, por citar sólo algunas provincias limítrofes.

Durante los últimos años, los controles de la obra social sobre la manera en que el Colegio de Farmacéuticos se redujeron de manera casi total. Según denuncian los propios empleados de Iapos, cuando un afiliado del Iapos se presenta en una oficina de su obra social para reclamar por algún medicamento, lo atiende un empleado del Colegio de Farmacéuticos. Y cuando el mismo afiliado decide reclamar a través del 0-800 o en el Whatsapp de su obra social, le responde un empleado del Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe.

Hola… llamo desde el Iapos…

Nilda Ríos tiene 58 años, trabaja en el corralón municipal y hace más de 20 años cayó del décimo al cuarto piso en uno de los ascensores que funcionan en el edificio de la Municipalidad de Santa Fe. Desde entonces, necesita una serie de medicamentos “para el dolor, para dormir y para los nervios”. Pero hace cinco meses que no se le entrega los remedios que los médicos prescriben.

Nilda Gómez cayó en un ascensor de la Municipalidad de Santa Fe hace más de 20 años. En los últimos tiempos, comenzó a tener problemas para recibir desde Iapos los medicamentos que necesita.

Nilda Gómez cayó en un ascensor de la Municipalidad de Santa Fe hace más de 20 años. En los últimos tiempos, comenzó a tener problemas para recibir desde Iapos los medicamentos que necesita.

Nilda es una de las personas que hace una semana contó sus problemas en una nota publicada por Aire Digital.

El viernes por la noche su teléfono sonó. La llamaban desde un número privado y la persona que se comunicaba no le dio su nombre, ni apellido. Le dijo que la auditoría de Iapos de repente autorizaba los medicamentos que estaba reclamando y que fuera a retirarlos a una farmacia. Como Nilda reclamaba el nombre de la persona que llamaba, comenzaron a llamar a la hija de Nilda para insistirle.

Lo mismo sucedió con Mónica Alvarez, otra de las personas que contó su historia. Ella es docente, tiene 47 años, vive en Carcarañá y junto a su hijo Gonzalo padecen una patología poco frecuente. Desde hace tiempo, sufre una interminable cadena de problemas para recibir los medicamentos que ambos necesitan.

Mónica Alvarez y su hijo Gonzalo viven en Carcarañá, a 60 kilómetros de Rosario.

Mónica Alvarez y su hijo Gonzalo viven en Carcarañá, a 60 kilómetros de Rosario.

“Me llamaron desde Iapos por el medicamento especial oncológico del nene. Me dijeron que el medicamento ya estaba en Carcarañá y me preguntaron si tenía algún otro reclamo. A las 8.30 de la mañana del sábado llamaron otra vez. A varias de las personas que ustedes hicieron la nota, les está pasando lo mismo. Yo cuando un sábado me dijeron que llamaban desde Iapos no lo podía creer. Cuánta gente que no está en esa nota es ignorada por el Iapos. ¿Qué pasa con los demás pacientes que también tienen derecho?”, dijo Mónica.

Pero los llamados continuaron con el resto de los pacientes entrevistados por Aire Digital.

Gabriela Mehauod es la abuela de Milton Moreno, que tiene siete años. Ella está a cargo de su nieto, a quien hace dos años le descubrieron una enfermedad progresiva y degenerativa conocida como síndrome de Leigh. De los cuatro medicamentos que el niño necesita, el Iapos sólo le venía reconociendo uno.

Gabriela Mehauod está a cargo de su nieto Milton, de 7 años. Asegura que Iapos sólo reconoce uno de los cuatro medicamentos que necesita. A su nieto le dieron dos años de vida.

Gabriela Mehauod está a cargo de su nieto Milton, de 7 años. Asegura que Iapos sólo reconoce uno de los cuatro medicamentos que necesita. A su nieto le dieron dos años de vida.

“Me llamaron preguntándome sobre la enfermedad de Milton y por qué el reclamo. Al otro día de la publicación de la nota, me llamó una chica diciendo que era del Colegio de Farmacéuticos. Me trató muy mal y dijo que no me lo cubrían los medicamentos porque no era una enfermedad estable. No soy tan ignorante como para no ver el maltrato de esa persona. Después me llamó otra persona, dijo que era de Iapos y me atendió muy bien”, explicó Gabriela.

También llamaron a Rocío Solís, la mamá de Iván, quien cumple seis años en agosto próximo. Iván nació con síndrome de Down y síndrome de West. Padece parálisis cerebral y encefalopatía epiléptica. Iván necesita por mes cinco frascos de una droga que se llama ácido valproico, pero desde hace dos meses el Iapos sólo le reconoce cuatro frascos.

A Iván Solís el Iapos pretende cambiarle el medicamento que le prescribieron los médicos.

A Iván Solís el Iapos pretende cambiarle el medicamento que le prescribieron los médicos.

Rocío contó a Aire: “Me llamó una tal Julieta. Le expliqué todo lo que pasaba. Me dijo que es administrativa y le tuve que deletrear las drogas. Pero al as 9 de la mañana me un señor llamado Ariel. Se iba fijando en las fichas, me reconoció que hubo confusión con una droga y con un descuento que me tenían que hacer. Muchas excusas”.

Cada uno de estos llamados telefónicos se convirtió en la prueba irrefutable de que los abusos que vienen sufriendo los afiliados de Iapos -especialmente los que padecen enfermedades oncológicas o poco frecuentes- son reales. De hecho, después de no ser escuchados durante meses o años, estos pacientes comenzaron a encontrar soluciones a partir de que sus historias se hicieron públicas.

El 22 de marzo pasado, Aire Digital publicó el primer informe que revelaba las arbitrariedades problemas del sistema que administra el Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe. Un mes y medio después y luego de una serie de informes periodísticos sobre la problemática, las preguntas se multiplican:

– ¿Por qué el Iapos es el único órgano vinculado con la salud que terceriza la compra y expendio de medicamentos, por cifras multimillonarias que este año podrían llegar a los 9 mil millones de pesos?

– ¿Por qué no llama a licitación para comprar medicamentos, como lo hacen el mismo Ministerio de Salud de Santa Fe y los hospitales provinciales?

– ¿Por qué ninguno de los sectores políticos mayoritarios de la provincia de Santa Fe habla del tema y plantea posibles soluciones?

– ¿Por qué ninguno de los principales gremios provinciales eleva el reclamo para defender a sus afiliados?

– ¿Por qué el convenio con el Colegio de Farmacéuticos se mantuvo sin cambios si el 17 de julio de 2020 el defensor del Pueblo de la Provincia ya había advertido al titular de Iapos, Oscar Broggi, y a la ministra de Salud, Sonia Martorano, sobre las penurias de tantos afiliados -en la nota aparecían más de 100 casos-?

– ¿Por qué hay empleados del Colegio de Farmacéuticos trabajando dentro de las oficinas de Iapos para recibir los reclamos de los afiliados de la obra social que piden por sus medicamentos?

– ¿Por qué el Gobierno de Santa Fe no toma medidas para aliviar las penas de tanta gente que sufre enfermedades graves o poco frecuentes?

– ¿Por qué en muchos casos se les niega a los afiliados medicamentos que no son demasiado caros, ni de última generación?

– ¿Por qué el Iapos o el Colegio de Farmacéuticos comenzaron a comunicarse telefónicamente con las personas que contaron sus historias en Aire?

– Y finalmente, ¿qué ocurre con aquellos miles que no tuvieron la posibilidad de hacer visibles sus reclamos a través de un medio de comunicación?

Al menos hasta ahora, ninguna de estas preguntas parece tener respuesta.