Inicio LA RADIO Habló el bioquímico detenido por el caso Oldani: “Me sentí moralmente avasallado...

Habló el bioquímico detenido por el caso Oldani: “Me sentí moralmente avasallado y humillado”

Esta nota fue publicada en Aire Digital.

La vida de Alfredo Sadonio se transformó en cuestión de minutos el 29 de diciembre pasado, cuando decenas de policías irrumpieron en su casa equipados con armas largas, cascos y chalecos antibalas. Frente a su familia y sin explicarles los motivos, lo esposaron y se lo llevaron. Revisaron todo, filmaron, sacaron fotos y secuestraron computadoras, celulares y hasta los ahorros de toda la vida que guardaban en un mueble.

Aquella noche Alfredo terminó en una celda de aislamiento de la cárcel de Las Flores, donde permaneció durante diez días. Durante las primeras 48 horas de detención una pregunta lo atormentaba y no le permitía conciliar el sueño: ¿por qué estaba allí?

Fue recién al segundo día de detención cuando pudo recibir a su abogado, quien con voz de preocupación le dijo que lo habían detenido porque estaba relacionado con el asesinato del empresario Hugo Oldani, ocurrido el 11 de febrero pasado en una galería del centro de la ciudad de Santa Fe.

Alfredo asegura que nunca conoció a Oldani, que cuando supo del homicidio pensó que se trataba del dueño de un negocio ubicado en un shopping de Santa Fe y que no tiene idea de quiénes son las otras personas detenidas por el mismo caso.

Durante los dos primeros días en la cárcel de Las Flores, Alfredo Sadonio no sabía por qué causa lo habían detenido.

 

Los investigadores resolvieron detener a Sadonio luego de que uno de los imputados en esta causa relatara que el golpe había sido planeado por un farmacéutico y por otra persona vinculada con negocios de la noche.

En la misma declaración dijo que el farmacéutico era “morrudito, morocho y petizo”, que la farmacia se encontraba sobre calle Belgrano al norte de Bulevar Gálvez. Pero Sadonio es un hombre delgado, mide 1,77 y la farmacia de su esposa se encuentra al sur del bulevar.

Los mensajes y llamados que “desaparecieron”

Durante la audiencia de imputación, el fiscal Gonzalo Iglesias habló de la existencia de más de 500 mensajes y llamadas telefónicas incriminantes. Sin embargo, cuando el abogado defensor de Sadonio pidió tener acceso a esa evidencia, el mismo fiscal respondió que se habían perdido, que ya no estaban, o que nunca estuvieron.

Moralmente me sentí tan avasallado y humillado, que mi familia y la gente me vea esposado. Que la gente que no me conoce piense por algo habrá sido”, afirmó Sadonio en el programa Creo, que se emite cada mañana en Aire de Santa Fe.

“Me detuvieron en un operativo como si hubiesen detenido a un capo narco. Cortaron las calles. Se llevaron la computadora de la farmacia, los celulares, la computadora de mi hija médica que es residente del Iturraspe y tenía datos de pacientes con covid. También se llevaron la computadora de mi hijo ingeniero, $ 21.000 que tenía para comprar un sillón porque se iba a mudar y también los ahorros de la familia”, relató Sadonio, quien insiste en su inocencia y no comprende por qué tomaron la decisión de detenerlo “con interpretaciones forzadas”.

Ahora, Alfredo Sadonio pide que le devuelvan las computadoras para trabajar y los ahorros que la Policía se llevó de su casa.

 

“Durante dos días no pude tener contacto con nadie. Deberían entender que cuando se arresta a una persona, hay todo un entorno, una familia, mi madre tiene 89 años. Se siente impotencia porque siempre me consideré como un escudo protector de mi familia, yo sabía que ellos la estaban pasando mal y yo no estaba para contenerlos. Sentí angustia porque no sabía por qué estaba detenido y no sabía cómo estaba mi familia. No sabía absolutamente nada”, insistió.

El día del homicidio de Oldani, Sadonio se encontraba en Ataliva atendiendo a pacientes. Así lo confirmaron cinco personas del pueblo que viajaron especialmente hasta Santa Fe para brindar sus declaraciones ante la Justicia.

Una rueda de reconocimiento, sin reconocimiento

Pero eso no fue todo. También se ordenó una rueda de reconocimiento y se le pidió al denunciante que identificara al supuesto farmacéutico ideólogo del golpe contra Hugo Oldani. Pero el denunciante señaló a otra persona, a pesar de que frente a él se encontraba Alfredo Sadonio.

“Uno empieza a pensar cualquier cosa. Tenemos miedo. Frente a la farmacia hay siete u ocho cámaras porque existe una institución israelita. Podrían haber pedido las imágenes de las cámaras. Siento que existe un ensañamiento”, remarcó en Creo.

A Sadonio finalmente lo dejaron el libertad, pero no se le dictó el sobreseimiento: “Supuestamente me siguen investigando. Yo pedí hablar y dije que no estaba conforme con eso y hasta el juez me sermoneó y me dijo que no es poca cosa que yo esté en libertad y que no es frecuente que una Fiscalía dé marcha atrás y que debería estar agradecido. Acá, en lugar de presunción de inocencia, hubo presunción de culpabilidad”.”Yo me siento indefenso -remarcó-. Si un funcionario con interpretaciones arbitrarias y pruebas que no existen puede meter preso a un ciudadano con total liviandad e impunidad, estamos muy complicados. Físicamente tengo secuelas. Me cuesta dormir, estoy con cólicos intestinales, dolores en la boca del estómago. Moralmente me sentí tan avasallado y humillado, que mi familia y la gente me vea esposado”.

Sadonio insistió en que su familia “está alterada, perturbada, tenemos miedo. Escucho un auto y lo primero que pienso es me vienen a buscar de nuevo. Quisiera que lo que me pasó a mí no le pase nunca más a nadie”.

La primera fiscal del caso Oldani, Cristina Ferraro, fuer apartada de la causa. Pero el fiscal regional, Carlos Arietti, no dice cuáles fueron los motivos de su decisión.

 

 

“Hace 20 días que no puedo trabajar porque se llevaron mis elementos de trabajo. Quiero volver a mi vida normal, volver a ser la persona que era un minuto antes de ese martes”, finalizó.

Hasta el momento, no se brindó ningún tipo de información oficial sobre las supuestas llamadas y mensajes que existían en contra de este bioquímico de Santa Fe. El Órgano de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación, las autoridades del Ministerio Público de la Acusaciónel fiscal del caso y el juez que ordenó la detención, siguen guardando absoluto silencio.

Este no es el único hecho que plantea dudas en la investigación del caso Oldani: una fiscal está denunciada y apartada del caso, pero los motivos de su desplazamiento parecen ser un secreto de Estado. En el lugar del crimen había sumas millonarias en pesos y en dólares, pero la primera fiscal que actuó en la causa permitió que se llevaran el dinero. La policía levantó la custodia del lugar pocas horas después del asesinato.

Y como si todo esto no fuera suficiente para generar un clima de sospechas, un fiscal federal sólo recibió respuestas evasivas desde el Ministerio Público de la Acusación cuando solicitó información del caso. A tal punto, que en un hecho inédito se vio obligado a pedir la intermediación del gobernador Omar Perotti para que las pruebas en manos del MPA fueran compartidas.