Habían pasado más de 24 horas desde que Carlos Reutemann hiciera pública su decisión de separarse de la cúpula del Peronismo Federal, y el mismísimo presidente del Partido Justicialista de Santa Fe –y referente reutemanista en la provincia- Ricardo Spinozzi, pronunció una frase reveladora: “Todo puede ocurrir…, o nada puede ocurrir”.
Lo dijo al terminar la sesión en la Cámara de Senadores de la Provincia.
Parece una contradicción. Se asemeja a una frase vacía y de ocasión. Sin embargo, Spinozzi incurrió en un acto de honestidad brutal y reveló hasta dónde llega el desconcierto de los seguidores de Reutemann cada vez que adopta este tipo de decisiones.
El rito se cumple a rajatablas. Durante las horas posteriores a cada expresión política de Carlos Reutemann, todos tratan de interpretar qué dijo o qué quiso decir. Les ocurre a sus aliados y a sus enemigos, a los analistas políticos, a los periodistas y hasta el ciudadano común.
Todo indica que Reutemann no está de acuerdo con la idea de mantener un discurso opositor duro al menos por los próximos dos meses, ya que la muerte de Néstor Kirchner provocó un indiscutible impulso a la imagen de la presidenta Cristina Fernández.
Y una vez más, la pregunta que retumba por todas partes es qué buscó Reutemann con esta movida. Es que, al parecer, ni siquiera en el seno del Peronismo Federal estaban advertidos de que el santafesino emitiría este comunicado.
¿Representa esto un acercamiento de Reutemann al kirchnerismo?
¿Es que, en realidad, Reutemann jamás estuvo tan lejos de los Kirchner como muchos suponían?
¿Es que Reutemann era el más kirchnerista dentro del Peronismo Federal?
¿El santafesino habrá tomado ahora la decisión de pelear por la Presidencia, luego de la muerte del hombre fuerte de la política argentina?
¿Hubo un acuerdo previo con Felipe Solá o Francisco De Narváez, quienes ahora se inclinan por el mismo discurso?
¿Es que Reutemann se sentía incómodo, rodeado por hombres como Eduardo Duhalde o los Rodríguez Saá?
¿Cambia en algo su juego político en la provincia de Santa Fe?
¿Hubo acuerdo con los kirchneristas y acercamiento con Agustín Rossi para dar pelea contra el socialismo en la provincia?
“Todo puede ocurrir…, o nada puede ocurrir”, responde Ricardo Spinozzi. Y tiene razón. Aunque sus palabras revelen que ni siquiera los seguidores de Reutemann en la provincia saben cuál es su verdadero pensamiento político.
Este estilo cargado de incógnitas, de frases a medias, de misterios y de escondidas, le permitió a Reutemann mantenerse durante dos décadas en la cúspide del poder y construir una imagen casi mítica, siempre a salvo culpas o responsabilidades. De hecho, sigue siendo uno de los políticos con mejor imagen a nivel nacional.
Es ése su punto fuerte. Por eso en Santa Fe sus seguidores se aferran con fuerza a su figura, aunque ni siquiera sepan qué es lo que realmente piensa. Lo mismo ocurre con sus pares del peronismo a nivel nacional y hasta con los referentes de otros partidos.
Es que nunca es buen negocio criticar demasiado al que goza de buena imagen entre el electorado.
Sin embargo, este estilo misterioso que tantos réditos parece darle a Reutemann en circunstancias como las actuales, ¿sería tan efectivo si, de una vez por todas, el santafesino se decidiera a dar pelea por la Presidencia?
¿Alcanzan estas formas políticas para construir un verdadero esquema de poder, que vaya más allá del simple logro de mantener a salvo su imagen personal?
¿Es posible gobernar un país y controlar al movimiento peronista, cuando ni siquiera los más allegados conocen los pensamientos del supuesto líder?
¿El juego del silencio, las frases a medias y los acertijos, resulta suficiente para conducir un proyecto de país?
“Todo puede ocurrir…, o nada puede ocurrir”, diría Spinozzi. Y aunque esta respuesta suene a contradicción o a discurso de ocasión es, simplemente, un acto de honestidad brutal.