Pescadores o ruralistas: no hay piquetes buenos y piquetes malos

Otra vez la amenaza y la posibilidad de que el tránsito sea interrumpido en la Ruta 168 por integrantes del Sindicato de Pescadores. El secretario general del gremio, Juan Carlos Billarreal, advirtió que habrá piquetes en el ingreso a la ciudad de Santa Fe y en el Puente Rosario-Victoria, porque no están conformes con una serie de medidas adoptadas por la Secretaría de Pesca de la Nación.
La protesta se anuncia para este fin de semana y con la amenaza de extenderse, incluso, hasta el domingo de elecciones. La metodología de interrumpir el tránsito en rutas clave se extendió sobre fines de los noventa y mientras la Argentina sufría, en 2001, una crisis sin precedentes. Las urgencias sociales se multiplicaban, las respuestas no aparecían y la debacle arrasaba con todo a su paso. Hoy, la situación del país y los motivos de protestas son diferentes. Hoy resulta inaceptable que un sector determinado -en este caso los pescadores- se atribuya la potestad de impedir que el resto de la población circule libremente.

Otro piquete anunciado
Parecía una etapa superada, pero evidentemente se trató de una percepción errónea. Cuando en 2008 el gobierno anunció una suba desproporcionada de los niveles de retenciones a la producción agraria, miles de productores salieron a cortar rutas.
Aunque se trataba de un reclamo sectorial, gran parte de la ciudadanía de todo el país se plegó a las protestas al menos por dos razones: porque la decisión gubernamental provocaba un duro golpe a las economías regionales y porque la sociedad estaba harta de los modos autoritarios del gobierno. La bandera del campo, entonces, sirvió para canalizar el descontento generalizado.
Cuando el conflicto terminó, llegó el momento de las conclusiones y lecciones aprendidas. El gobierno ya no atacó al sector agropecuario, sino que buscó nuevos enemigos en los medios de comunicación. El campo comprendió que difícilmente volverían a conjugarse tantos factores políticos y sociales a su favor, como para obtener semejante nivel de apoyo social. El resto de los argentinos descubrió que era posible ponerle límites al gobierno y que, más allá de la validez de los reclamos sectoriales, los cortes de rutas debían ser superados como forma de protesta.
Pero tres años después, Federación Agraria anuncia cortes de tránsito “en los puentes del Mercosur”. Según el vicepresidente de la entidad, Omar Barchetta, el piquete se limitará al puente Rosario-Victoria. Será el miércoles 27 de este mes, cuando los productores realizarán una asamblea en el lugar. El dirigente dijo que la protesta se produce, fundamentalmente, porque el gobierno no impide las importaciones de cortes de cerdo provenientes de Brasil.
La decisión de Federación Agraria no llega en un momento cualquiera. Se plantea en medio de un período electoral. Si bien el reclamo del sector puede ser justo, termina contaminándose por el método aplicado y por la inevitable politización del caso, sobre todo cuando la confirmación del piquete se produce el mismo día en que Hermes Binner, como candidato a Presidente de la Nación, visita FAA.
Tanto es así, que el candidato a gobernador Agustín Rossi replicó: “No me parece que ésa sea la política. Ahí están los que buscan el consenso. Supongo que el gobernador tendrá algo para decir. ¿O habrá avalado que en la Argentina haya cortes de rutas? Estos son los que buscan el consenso y luego avalan este tipo de situaciones. Me parece una barbaridad que vuelvan los cortes de rutas”.
Cuando se lo consulta a Barchetta sobre lo impopular que puede resultar el modo de protesta, el dirigente reconoce que provocarán dificultades al resto de la ciudadanía. Se excusa en el argumento de que a los productores no les queda otra salida, porque hace dos meses que intentan infructuosamente encontrar respuestas de parte del Ministerio de Agricultura de la Nación.
“La medida fue resuelta en asamblea”, insiste. Sin embargo, estas argumentaciones no alcanzan. Más allá de lo que puedan resolver los productores en una asamblea, la dirigencia tiene la responsabilidad de impedir que los reclamos sectoriales afecten de manera directa al bien común, o representen una violación flagrante a las leyes.
No existen cortes de rutas buenos y cortes de rutas malos. La lógica de piquetes aceptables o piquetes inaceptables resulta irracional. No importa si la medida es generalizada o se produce en un solo puente; si se realiza durante un par de horas o se prolonga durante días.
Los productores que votaron a favor del corte del puente Rosario-Victoria se equivocaron. Aunque el reclamo sea justo, aunque el gobierno no priorice a la producción nacional, aunque el kirchnerismo subestime la inteligencia media con planes ficticios como “Cerdos para todos”; la Argentina necesita imperiosamente encontrar modos de protesta que no pasen por impedir que otros circulen con libertad.