Cristina no cuida las formas. Queda absolutamente claro en el peronismo que la presidenta toma las decisiones. El armado de las listas de candidatos a diputados nacionales en cada uno de los distritos depende casi exclusivamente de la Rosada. Daniel Scioli debió bajar una vez más la cabeza y aceptar que Gabriel Mariotto sea su compañero de fórmula en Buenos Aires. A Filmus lo eligió para Capital Federal.
Muchos dudaban de la capacidad de la presidenta de timonear el barco peronista luego de la muerte de su marido, pero la experiencia demuestra que las decisiones están más centralizadas que nunca. Tal vez porque Cristina tenga un carácter aún más autocrático que el de Néstor o, quizá, porque en realidad no se siente tan segura como su marido y por eso decide confiar en pocos.
La estrategia de Hermes Binner a la hora de ejercer la política parece diferente. El gobernador se esfuerza por cuidar las formas. Se muestra como un negociador. Sin embargo, las experiencias recientes indican que difícilmente esté dispuesto a ceder posiciones. Negociar, sí. Retroceder, jamás. Suena a contradicción, pero los hechos reflejan que ésta parece ser una estrategia que Binner mantiene a rajatabla.
Luego del triunfo del FPCyS en 2007, sus socios radicales comenzaron a quejarse por la escasa participación que el socialismo les permitía tener en decisiones de gobierno. “Nos enteramos por los diarios”, dijeron en varias oportunidades. Luego llegó la ruptura con el sector que lidera Rubén Giustiniani a la hora de designar un candidato a gobernador para 2011. El senador nacional decidió competir por su cuenta, y no le fue bien. Sin embargo, apenas perdió la interna, dijo que trabajaría por un proyecto nacional que llevara Binner a la Rosada.
La historia se repitió con Pino Solanas. Después de largas negociaciones, a la hora de presentar alianzas el Frente Amplio Progresista dejó de lado a Proyecto Sur, que ahora lleva a Alcira Argumedo como candidata a presidenta.
El último capítulo de esta serie de negociaciones infructuosas por parte del binnerismo se está dando en la provincia. El socialismo quedó al borde del quiebre y el sector que responde a Rubén Giustiniani decidió no integrar la lista de candidatos a diputados nacionales porque se les ofrecía apenas un quinto puesto en la nómina. ¿Pase de facturas por la candidatura de Giustiniani a gobernador?
Negociar, sí. Retroceder, jamás. Esa parece la lógica de Binner. Hasta ahora no le fue para nada mal. El futuro dirá si es la estrategia más adecuada para alcanzar sus próximos objetivos políticos.