Explicaciones por la inauguración del hospital de San Cristóbal

El 16 de junio pasado no fue un día cualquiera para San Cristóbal. Las autoridades locales y provinciales dejaban inaugurado un moderno y bien equipado hospital, cuando se cumplía poco más de tres años desde que un temporal arrancara parte del viejo nosocomio de la ciudad.
 Tal vez fue por eso el corte de cintas desató un aplauso cerrado, contenido y anhelado luego del cachetazo producido por la fuerza del viento contra esta comunidad postergada y alejada de los grandes centros de decisión y de poder. Concretar el sueño de un nuevo hospital no fue sencillo. Los primeros reclamos por las demoras en la realización de la obra estuvieron dirigidos hacia el ex gobernador Jorge Obeid.
En mayo de este año, el actual ministro de Salud, Miguel Angel Cappiello, debió dar explicaciones públicas ante la ansiedad de los sancristobalenses: dijo que el edificio se inauguraría el 15 de junio y aclaró que los atrasos se producían por la necesidad de adquirir el equipamiento y contratar el personal necesario para que pudiera funcionar con eficiencia.
La palabra de Cappiello se cumplió. El 16 de junio, por fin se cortaron las cintas simbólicas que representan la puesta un marcha de este emprendimiento tan esperado.
Sin embargo, cincuenta días después de aquel acto el hospital seguía hasta ayer sin atender al público. El ministro explicó que se trata de una etapa denominada “funcionamiento en vacío”. El objetivo de este período de trabajo a puertas cerradas es probar el equipamiento técnico y los servicios centrales del edificio, de manera que se pueda garantizar una prestación eficiente a la hora de recibir a los pacientes.
 Cappiello sostiene que las actuales quejas por la demora en la apertura del nosocomio responden a intereses electorales. Tal vez esté en lo cierto. Tal vez no. La duda queda planteada. Sin embargo, ésta no parece ser la cuestión de fondo. Al menos hasta ayer, lo que resultaba irrefutable era el hecho de que el hospital estuviera funcionando a puertas cerradas veinte días después de ser inaugurado.
Como dice Cappiello, es usual que al tratarse de un hospital, la puesta en funcionamiento efectivo llegue tiempo después de la inauguración del edificio -lo mismo ocurrió con el Hospital de Niños Orlando Alassia, de Santa Fe-.
También es probable que tenga razón al decir que las quejas están fogoneadas por intereses políticos. Sin embargo, resulta inevitable que una sociedad acostumbrada a las falsas promesas, a la postergación y al atraso, reaccione con dudas frente a situaciones como éstas, sobre todo, cuando se producen en tiempos de elecciones. El Ministerio de Salud de la provincia viene realizando un trabajo valorable desde el punto de vista sanitario.
Tanto es así, que Santa Fe es tomada como ejemplo en su lucha contra la gripe A. Sin embargo, y aun cuando las intenciones del gobierno pudieran haber sido las mejores, desde el punto de vista de la percepción social, el procedimiento elegido para inaugurar y habilitar el hospital de San Cristóbal en este contexto electoral no parece haber sido el más aconsejable. (José Curiotto).