“Esto traerá grandes beneficios para Argentina”

Éste es un regalo del cielo que traerá grandes beneficios para la Argentina”, asegura sin dejar demasiado margen a la duda el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, en diálogo desde el Vaticano.

Lo ocurrido ayer con la elección de Jorge Bergoglio como nuevo Papa, sorprendió a todos. Fue, en realidad, la concreción de un largo anhelo para quienes nacieron en los países latinoamericanos, que aglutinan la mayor proporción de católicos del planeta.

Sánchez Sorondo insiste, con entusiasmo, en adelantar un proceso de transformación para la Argentina: “No olvidemos los grandes cambios que el Papa polaco provocó en su Polonia natal. No tengo dudas de que la elección de Francisco contribuirá en el mejor sentido. Desde ahora, todo el mundo va a mirar a la Argentina y tratará de ayudarla”.

– En algunos sectores del país, la elección de Bergoglio no parece escapar al enfrentamiento entre seguidores y opositores al gobierno.
– Seguramente surgirán críticas. Lo mismo sucedió con Benedicto XVI. Los alemanes que no lo querían, lo criticaban. Esto es parte de los tiempos que hoy se viven, pero no hay que asustarse. La elección de Francisco provocará una buena revolución en la Argentina.

– ¿Qué significa el nuevo Papa en el actual contexto de la Iglesia católica?
– Es un regalo del cielo para poner las cosas en orden. Es una verdadera revolución, porque significa poner a la periferia en el centro. Significa pasar de países extraordinarios, como Italia, Alemania o Polonia, a países jóvenes que apenas comenzaron a recorrer su historia, como la Argentina.

Tengamos en cuenta, además, que se trata de un Papa que no vivió las guerras mundiales. Sólo padeció sus coletazos.

Hasta la forma que eligió para presentarse ante el mundo fue significativa y devela cambios importantes. El saludo que hizo al pueblo romano fue muy significativo, porque pidió ser bendecido por los creyentes. Desde siempre, era el pueblo el que esperaba ser bendecido por el Papa. Todo fue muy sencillo.

El primer jesuita Papa ha roto todos los esquemas. Incluso, en lugar de elegir el nombre de Ignacio, se inclinó por Francisco. Esto es volver a las raíces cristianas más profundas.

San Francisco de Asís es el más grande santo italiano y representa la presencia más viva de Cristo en el mundo moderno.
Y San Francisco de Borja era un gran misionero que miraba hacia el Pacífico, el gran escenario de la nueva civilización.
Esperemos que Dios lo bendiga con los dones físicos necesarios para hacer lo que tiene que hacer.

– ¿Qué importancia tiene el hecho de que sea un jesuita?
– En primer lugar, porque los jesuitas fueron grandes misioneros. Pero, además, porque son gente que tiene muchos años de formación, una gran experiencia en teología y filosofía.

– Más allá de las repercusiones en la Argentina, ¿cómo cayó en Roma el nombramiento de este nuevo Papa?
– En las cercanías cayó muy bien. Pensemos que si no hubiera existido acuerdo, no lo hubiesen elegido. Para obtener más de 77 votos en el Cónclave, se requieren los votos de la curia italiana.

Y el pueblo recibió la noticia con una ovación. Se sintió tocado por este gesto de bendición mutua y de fraternidad que propuso el nuevo Papa y que es un principio fundamental de su pontificado. A la sorpresa le siguió la alegría. Hasta muy entrada la noche se escuchaban cantos en San Pedro.