Luego de que el gobierno mejorara la oferta salarial y de que ésta fuera aceptada por UPCN, ATE y el propio Sadop, los maestros de escuelas públicas rechazaron el ofrecimiento y decidieron profundizar un paro desgastante, cuyas consecuencias aparecen hoy inciertas.
Los docentes de Amsafe quedaron solos y en una situación políticamente incómoda. Tanto es así, que poco después de la votación la dirigencia sindical intentaba con dificultades explicar los argumentos de esta huelga, que se produce a pesar de que el aumento ofertado por el gobierno supera las expectativas inflacionarias más pesimistas para este año y plantea la posibilidad de reabrir la paritaria después de julio.
La votación también provocó una virtual fractura del sector. De hecho, hacía mucho tiempo que no se respiraba tanta tensión en una asamblea de Amsafe y esto quedó reflejado en el resultado de la votación. Sobre un total de 29.494 votantes, 15.174 optaron por rechazar la oferta y 14.252, por aceptarla. Hubo 18 abstenciones y 50 votos en blanco. En otras palabras, los docentes están absolutamente divididos y habrá que esperar los próximos días para saber cuántos optan por adherirse a la medida de fuerza.
La legitimidad de la huelga parece desgranarse y la dirigencia se encuentra ahora frente a un enorme desafío. Se sabe que, en general, los principales referentes provinciales de Amsafe estuvieron “militando” durante los últimos días a favor de la aceptación de la oferta salarial, por lo que el resultado de la votación representa también una derrota para ellos y un triunfo de los sectores internos más radicalizados.
Es probable que las desafortunadas palabras de la presidenta Cristina Fernández durante su último discurso ante la Asamblea Legislativa haya estimulado el malestar entre los maestros.
Aun así, la decisión del paro no parece razonable. El gobierno provincial no está en condiciones de ofrecer más de lo que ofertó. Tanto es así, que el gobernador Antonio Bonfatti reconoció en las últimas horas que la Provincia apelará a una emisión de Letras del Tesoro para financiar la deuda a corto plazo y el pago de salarios en el sector público. El proyecto de ley será enviado a la Legislatura en los próximos días.
Pero, además, la medida de fuerza de los maestros tampoco resulta estratégicamente inteligente. Luego de que la oferta salarial fuera aceptada por ATE y UPCN, el gobierno no puede ahora mejorar el ofrecimiento a los docentes, aun en el hipotético caso de que contara con recursos suficientes como para hacerlo. Si diera este paso, estaría abriendo la puerta a la conflictividad con los sindicatos que nuclean a los empleados de la administración pública.
Para esta semana se anuncian en las escuelas estatales 48 horas de paro y 72 horas de huelga a partir de las semanas subsiguientes, por tiempo indeterminado.
Es probable que el gobierno decida descontar los días no trabajados a los maestros. La situación se tensará inevitablemente.
El gremio de Amsafe parece haber quedado atrapado en su propia telaraña.